CAPÍTULO 4
DESAFORTUNADO REENCUENTRO
- Recuérdalo Monstruo, a las 9 am. Tú te comprometiste a acompañar a mamá mientras papá está de viaje.
- Qué te pasa Touya, sabes que esa costumbre de llegar tarde la dejé hace mucho tiempo, me parece el colmo que me hagas esa advertencia y si, ya estoy preparada, hoy adelanté todo lo necesario con Tomoyo para no ir mañana a la oficina.
- Bueno, para la cita de mañana los atenderán los asistentes de Shaoran, serán solo exámenes y es posible que tarden unas buenas horas allí.
- ¿Sus asistentes? – un dejo de desilusión se dejó escuchar en su voz- ¿Y eso por qué?
- Lo que te digo monstruo, son solo exámenes, no requiere su presencia allí, además es un hombre muy ocupado, tenemos suerte de que esté acá. Así que procura comportarte y dejar de lado esa actitud de mandamás, no vayas a terminar importunando el trabajo de los doctores. ¡Te conozco!
- Es mi madre y de ser necesario exigiré que se le de el trato que se merece, nada mas que eso.
Touya al otro lado empezaba a pensar que era muy mala idea que la temperamental Sakura fuera quien estuviera a cargo de acompañar a su madre.
- Sakura, te lo advierto, no eres médico, no tienes ningún conocimiento en este medio, así que ¡compórtate!
- Ya, ya, no es necesaria tanta advertencia, sabes que ante todo está la salud de nuestra madre y nada mas que eso importa. Adiós hermano.
- Descansa Monstruo.
La joven se dejó caer sobre su cama, en su solitario apartamento... Trataba de olvidar la soledad que la embargaba; tenía un fuerte dolor de cabeza, por lo que se apresuró a deshacerse de su ropa quedando solo en ropa interior y colándose entre las cobijas se quedó profundamente dormida. Si, olvidó poner la alarma.
En sueños recordó la última vez que vio esos vivos y preciosos ojos color ámbar tomando sus manos y mirándola con ternura solo por ser ella, sin ningún otro interés de por medio, sin demandar nada de ella, por el simple hecho de ser Sakura.
El sonido del citófono la sobresaltó y se levantó apesadumbrada a levantar el auricular. Con voz dormida dijo – Hola-
- Señorita Kinomoto, el auto de su madre la está esperando hace cinco minutos
- ¡¿¿¿Qué???! – Qué hora es??
- Las 8:00 Am señorita. ¿Qué le puedo decir?
- No te preocupes Hiroshi, ya la llamo
- ¿¿Mamá?? Perdóname me quedé dormida y te mentiría si te digo que bajo en cinco minutos, sube por favor, no quiero que estés allá abajo sola.
El sonido del timbre le hizo percatarse de la presencia de su madre que allí estaba con su hermosa sonrisa y saludándola con un abrazo.
- Mi pequeña Sakura, hay cosas que no cambian ¿no?
- Mamá te juro que yo he dejado ese hábito, es solo que... Estaba muy cansada y tenía un fuerte dolor de cabeza, no me percaté de que no puse la alarma. Siéntate por favor, iré a arreglarme ahora mismo.
Sakura se adentró en su cuarto para elegir el atuendo adecuado. Normalmente no era tan indecisa... Pero ese no era un día normal, aunque ella lo negara.
Se decidió por un vestido Gucci enterizo mas arriba de la rodilla, color negro y una chaqueta ejecutiva beige, como siempre usando sus tacones de aguja que sí, la mataban a cada paso pero era consciente de que la hacían ver mas estilizada y elegante.
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Halo
RomanceRecuerdo esos muros que construí...Bien cariño, se están viniendo abajo, y ni siquiera ofrecieron resistencia, Aunque en realidad nunca tuve ninguna duda, permaneciendo a la luz de tu halo... Ahora tengo a mi ángel.