La desagradable Kinomoto

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CAPÍTULO 2

LA DESAGRADABLE KINOMOTO

Habían pasado ya dos días desde el desafortunado descubrimiento en torno a la salud de la señora Kinomoto; Sakura había regresado a la oficina pero a causa del gran estrés emocional al que estaba expuesta andaba con un genio de los mil demonios y era obvio en la expresión de su rostro, sus empleados ya la conocían y cuando estaba así lo mejor era no atravesarse en su camino.

Al avanzar por la puerta principal del gran edificio de oficinas, quienes la veían buscaban huir lo mas pronto posible con tal de no soportar esa mirada verde que intimidaba a cualquiera, la recepcionista se comunicó con Tomoyo.

- ¡Tomoyo! Ya llegó tu jefecita y está que echa chispas por los ojos. Estamos en tus manos o será un día terrible.

- No te preocupes Misao, yo me encargo.

La señorita Daidouiji quien ya podía imaginar algo como eso, tenía preparado su escritorio con un te relajante y pastelillos de fresa, con el fin de suavizar un poco la actitud de su jefe y amiga. Y es que aunque Sakura fuera ya una mujer hecha y derecha, era como una niña cuya felicidad radicaba en aquellos deliciosos dulces.

Las puertas del elevador se abrieron y allí estaba, completamente sola la hermosa ejecutiva de ojos verdes, nadie se había arriesgado a acompañarla en su viaje hasta el piso 30 y se encontró con una de las únicas personas con quien no podría siquiera enojarse, su querida amiga que la esperaba con esa cálida sonrisa garantizándole que todo estaría bien.

- Bueno días señorita Kinomoto

- Señorita Daidouji, siga a mi oficina por favor.

La chica de ojos azules asintió caminando justo detrás de su jefa y cerrando la puerta tras sí al entrar.

- Ohh Tomoyo, verte es como un oasis para mi, me siento muy mal de verdad.

- Lo se amiga, tienes mucha tensión acumulada, por eso pienso que lo mejor sería que tomaras unos días, fuera a casa de tus padres y pasaras un tiempo con ellos.

- Sabes que no puedo hacer eso, mañana será la reunión final para el asunto de la fusión ya vez que al final solo nos ha quedado un rival en el negocio y nuestra propuesta es la más sólida, no puedo dejar pasar esta oportunidad; sabes que muchas personas y sus familias dependen de la realización de este negocio, pues la otra empresa, de adquirirlo no tendrá piedad y desmembrará esa compañía dejando a los empleados en la calle. No podemos permitirlo Tom.

- ¿Lo ves? Tu corazón no ha cambiado para nada, sigues siendo la misma persona bondadosa y amable de siempre, ojalá todo el mundo pudiera verte con mis ojos Sakura.

- Pero no pueden Tom, las personas siempre son empujadas con fines egoístas, tratando de conseguir todo a su paso sin importar los demás. Por eso eres la única persona con quien puedo ser yo misma, la única que merece mi afecto.

La amatista correspondió sus palabras con una sonrisa y la llevó a su escritorio para que pudiera disfrutar los dulces que había traído para ella.

- Mi querida jefa, lo mejor es que degustes estos postres, tenemos un día muy pesado y te necesito llena de energía ¿si?.

- Gracias de verdad, no había comido nada desde ayer... No tengo cabeza para nada mas que mi madre.

- Lo imaginé... Amiga por favor, debes cuidarte, no querrás agregar una preocupación más a la familia si tu salud se ve afectada ¿no?

- Eso si que no, tienes razón, debo estar fuerte para afrontar lo que se viene, ya ves que los pronósticos en torno a mi madre no son muy alentadores.

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