Capítulo 2 - Ojos color avellana

154 4 1
                                    

-Llegaremos en una hora más- escuché la voz de Erick muy cerca de mi oído pero con su debida distancia.

-¿Eh?- dije medio adormilada

-Que llegamos en una hora más, dormilona- dijo resaltando la última palabra en una forma burlesca pero dulce y regalándome una de sus mejores sonrisas.

Sé que dirán que estoy enamorada de Erick pero no, es que el en si mismo era todo un galán y pura dulzura, demasiada para mi “tipo”, aunque no tengo un “tipo” solo sé que el no es para mí, aparte me prometí no hacerme ilusiones si no era verdadero amor, ya me habían lastimado suficiente y no quiero terminar siendo una mujer fría y desalmada.

Los próximos 30 minutos hablamos de carreras profesionales y universidades, hasta que surgió una pregunta de mí que no me pude guardar.

-Oye Erick- hice una pequeña pausa para estructurar mis preguntas- ¿Cómo va tu vida amorosa? ¿Tienes novia?- pude notar como su cara cambio de feliz a shock y luego a una mueca de tristeza, era un poco extraño.- ¿No? ¿Entonces estás prometido?- dije “suponiendo”

No y no- reaccionó, el tono le había cambiado y sonaba más serio.

Oh, perdón- dije bajando la cabeza haciendo notar mi arrepentimiento.

No, no te pongas así, es solo que reservo mi corazón para la elegida- se podía notar un brillo diferente en sus ojos, como si se hubiera enamorado de sus propias palabras- ¿Y tú Rosie? ¿Tienes novio?- dijo bajando de su nube color rosada.

-Dime Ro- le dije dedicándole una pequeña sonrisa torcida- Y no, por el momento tengo el corazón cerrado- le dije mostrándole un dije que guardaba en el bolsillo, tenía la forma de un corazón con una cerradura en medio.

-Deberías tenerlo abierto a nuevas personas.

-No, solo el indicado podrá abrirlo- dije respondiéndole.

Erick tenía cara de sorprendido, era una cara tan graciosa que salió de mi una pequeña risita así terminando con la seriedad.

-Que linda risa- dijo dándome una sonrisa- Oye Ro dame tu número así seguimos en contacto.

-Ah si, va… pero no me sé mi número mejor tú dame el tuyo y así yo te marco y guardas mi número.

Los cinco minutos restantes los pasamos dándonos correos y redes sociales, bajamos el avión y Erick me acompaño por mis maletas, nos despedimos y el tomó un taxi a su casa.

Bueno se suponía que aquí habría alguien con un car- y después sentí un golpe y de repente me encontraba tirada en el piso sin poder terminar mi oración.

-¿Te ayudo?- escuché la voz de alguien, era una voz dulce como el chocolate.

-¿Mande?- contesté aún sin levantar la cara.

-Que si necesitas una mano-

-Por favor.

Aquel muchacho de suaves manos me ayudo a levantarme.

-Gra…-deje la palabra a medias al ver aquellos ojos resplandecientes color avellana- gracias.

-No hay de que- dijo dedicándome una brillante sonrisa, no era como la de Erick pero esta tenía un no se que, un algo muy especial- me tengo que ir, adiós.

Saqué mi mente de aquel chico y me concentré en buscar el cartel con mi nombre. 

291 días con ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora