V

344 19 11
                                    

Era una noche silenciosa. El cielo tenía apenas unas cuantas estrellas a la vista. La luna estaba siendo tapada por dos nubes grises que buscaban desahogar sus penas enviando grandes gotas de agua, una tras otra. La niña de cabello negro y piel morena, estaba durmiendo plácidamente en su incomoda cama de hierro, con tan solo una delgada colchoneta sobre la estructura.

La madre veía con desprecio a su hija, quien por su llegada al mundo hizo que la desheredaran y que le arrebataran todas las comodidades que tenía. Ésta dejó su tabaco a un lado, y se levantó del taburete; dio tres pasos hacia el fregadero, tomo un cuchillo con olor a cebolla y caminó despacio hacia la cama, en donde se encontraba la inocente niña de 3 años. Su pecho subía y bajaba de manera tranquila, ella no sabía que le esperaba.

-Esto va a doler.- susurró su madre junto a la cama-

Acomodo el cuerpo de la niña haciendo que ésta quedara boca arriba, sus dedos se afincaron con fuerza en el mango del cuchillo, y haciendo y movimiento rápido, la mitad del arma blanca ya se encontraba enterrada en el cuerpo de la niña.

La pequeña abrió los ojos y miró a su madre, quien miraba con un brillo en sus ojos la herida en el pecho de su hija; quien intentó decir algo, pero cerrólos ojos y comenzó a respirar con dificultad. 30 minutos despues, había dejado de respirar. 

La madre sacó el cuchillo del pecho de su hija y lo lavó, lo puso con los demás trastes que estaban limpios y con una bolsa en la mano, salió de la habitación cerrando la puerta detrás de ella.

FIN

SordomudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora