Cαριтυℓσ 2

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»Y si al levantarte cada día
Vez cosas que tú sientes que no son así
Recuerda que la melodía que baila tu vida
Depende de ti«

Miraba con atención muy mal oculta a los Yukianos con una leve y tímida sonrisa, me encontraba con Aizawa él herrero fabricando un par de hachas de guerra par mis mis compañeros de armas.

—¿Por que no estas con tu padre ahora?—Pregunto él viejo herrero y yo solo pude reír por lo bajo.

—Soy demasiado fuerte para rebajarme a ayudar~ —Hable como un engreído sacándole una pequeña sonrisa a mi maestro —Los dragones temerían con solo verme ~. —Comente sonriente.

—Te usarían como palillo para dientes.—Auch, la cruda y triste realidad de mi miserable y odiosa duele .

»Aizawa es mi maestro desde que era un pequeño
niño, todo lo que aprendí fue gracias a él ".

Ignore el comentario ofensivo de mi maestro mientras tomaba con cuidado un par de hachas de la herrería y con cuidado las ponía al fuego, con fuerza y destreza pulía la hachas que tenía en manos mientras estas se calentaban, una vez estaban calientes y con buen filo las ponía sin cuidado en la única ventana de la herrería, podía ver como las hachas eran tomadas con rapidez para ser usadas una vez mas en batalla.

Suspire con pesadez a saber que seria una larga noche.

—¡Nos están haciendo papilla! —Grito un Vikingo al jefe de la aldea—O más bien a mi padre él cual me mira como si fuera un estorbó o un fenómeno—, preocupado por la integridad física y mental de su familia y compañeros guerreros.

Mi padre como todo un líder tomo aire mientras analizaba el campo de batalla en busca de una estrategia a mi parecer.
—¡Preparen las catapultas y prendan las antorchas!—Ordeno con seriedad él rubio de ojos negros sabiendo que pronto todo acabaría.

Mi padre corría como un guerrero por el pueblo ayudando a quien podía con la mirada en alto, era el orgullo de Yuei de eso no cabia duda... Mi padre paro su caminar miro como un anti gravedad soltaba una gran y fuerte llamarada de fuego destruyendo una casa entera, mi padre molestó se tiro una vez más a la batalla.

»¿Ven?
Un pueblo viejo con muchas, o más bien demasiadas casas nuevas«

—¡Fuego!—Grito un aldeano él cual no reconocía muy alterado al ver lo que parecía ser su casa en llamas, no lo culpó... Él pobre debió de perder sus pertenencias una vez más.
Solo pude intentar aguantar la risa al ver su rostro aterrado, era el pan de cada día y eso en el fondo causaba gracia.

Ignore todo cuando de repente sentí mi corazón parar de latir. Abrí mis ojos con fuerza y un gran sonrojó se formo en mi rostro al ver quiénes se acercaban—O más bien quien—, a apagar el fuego con destreza.

»Ellos son Mineta,
Iida, Mineta, los hermanos Monoma y Kendo los encargados de apagar el fuego y mantener a las ovejas alejadas de el infierno que se desataba en Yuei «.

Abrí aun más mis ojos al ver como del fuego salia un hermoso y guapo chico de ojos lilas, su apariencia era tan atrayente que no pude evitar soltar un suspiro de enamorado.

"Cómo entrenar a tu KIRISHIMA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora