Estaba yo, sola, en el paradero, esperando el bus con la ruta de siempre ...
Era el último día.
Estaba emocionada y nerviosa, mi mente estaba totalmente convencida que te vería hoy.
Tenía esperanzas.. hoy sería el día.
Cuando al fin llegó, lo abordé por la puerta de atrás como me es costumbre, y no te ví.
No sabía que pensar... ¿Ahora debo esperar al otro año?
Comenzé a adentrarme en el vehículo, muy sumida en mi mente creyendome una tonta por si quiera pensar que me aceptarías la basura de carta que te había hecho.
El bus frenó en seco.
Retrocedí dos pasos para coger equilibrio.
Y Choqué.
Contigo.