🍨 OCHO 🍨

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· Seokjin -> 16 años
· Yoongi -> 15 años
· Hoseok -> 14 años
· Namjoon -> 14 años
· Jimin -> 13 años
· Taehyung -> 13 años
· Jungkook -> 12 años   

El menor suspiró, completamente sonrojado mientras se sentaba en el césped. Su hermano menor estaba durmiendo y el mayor estaba jugando al té. Su preocupación con respecto a este había desaparecido hacía ya mucho tiempo.

El mayor estaba ya sentado con la espalda apoyada en la pared de la casa y un bloc de notas entre las piernas.Estaba cabreado porque Taehyung y Hoseok habían recibido más de una rosa anónima por San Valentín y él no. En verdad no era algo que le importara tanto; el ser popular o lo que la gente pensara de él, le importaba más el hecho de que los dos chicos no hubieran parado de picarle con eso. Incluso Namjoon había recibido cartas de amor anónimas, un ramo de flores y una caja de chocolates.

Jimin no tardó en notar el enfado del contrario. Pero llevaban cinco años en una relación en la que él solo cantaba para Yoongi y este escribía. Lo único de lo que llegaban a hablar era de lo bonita que era la voz del menor. Por eso no preguntó y solo cantó. Igualmente, eso era lo único que Yoongi necesitaba para tranquilizarse, escuchar esa suave y melodiosa voz.

Y ya no solo eso. No podía dejar de pensar en Jimin. Todo le recordaba a él. Su hermosa voz, sus redondeados labios, sus lindos mofletes, su luminosa sonrisa, el sonrojo en sus mejillas y aquel brillo en sus ojos. Todo en él hacía que quisiera mantenerlo como un tesoro secreto del que nadie más supiera. Le bastaba con eso; con ser el único que supiera de él sin contar con su familia, con tener aquellos momentos secretos entre los dos de los que nadie más sabía.

Le daba igual que Namjoon y los demás tuvieran regalos anónimos por San Valentin, el podría estar con quien amaba.

Pero Jimin no era así. Él no se conformaba. No conocía a aquel chico, pero el pasar tanto tiempo con había hecho que su curiosidad solo fuera en aumento con respecto a él. Le gustaba aquellos momentos. Le gustaba ver como escribía concentrado, como le decía cosas bonitas a las que nunca se atrevía a contestar, como le miraba. Le gustaba todo aquello, pero quería más.

Sin embargo no hizo nada; no se atrevió, y todo continuó como siempre.

Cuando volvió a entrar en su casa; con la cabeza baja, ni siquiera hizo caso a las llamadas de voz de su hermano mayor para pasar el tiempo jugando a algo. Iba metido en sus pensamientos y no se dio cuenta siquiera de que sus pasos le estaban llevando poco a poco hasta el salón. Las voces procedentes de este fueron las que le alertaron.

Ya estaba harto. Tantos años su hermano encerrándose ahí sin hacerles caso, no era bueno para ninguno de ellos, eso estaba seguro. Algo se escondía Seokjin y no iba a descubrirlo si se quedaba de brazos cruzados esperando a que fuera él quien se lo contara.

Entre-abrió la puerta con cuidado de no haber ruido y observó en silencio la escena que se descubría ante sus ojos. Se quedó asombrado al principio, pero luego vino la indignación. Aquello no era justo. Para nada justo.

Iba a entrar y echarle en cara al mayor lo que estaba haciendo. Pero luego se dio cuenta de que él también lo hacía. Aquello no era justo para Jungkook. El pobre había tenido que abandonar hace años a un chico solitario y sus hermanos mayores no eran capaces de abandonar a los dos chicos que habían conocido. Pero sobre todo no lo era de parte del mayor, pues estaba rompiendo su propia regla.

Los sentimientos en su interior se mezclaban como un gran remolino que no le dejaba tomar una decisión firme. Así que solo observó. Ahora sabía porque su hermano no dejaba que entraran allí mientras el jugaba a tomar el té. Ahora sabía por qué al entrar allí hace cinco años no había encontrado a su hermano. Él ya había salido al exterior y había conocido el mundo que estaba allí.

Hide & Seek. A que no me ves [NAMJIN] {Bts}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora