Yoongi se dirigió a recoger al chico que lloraba enfrente suyo, pero solo hizo que se alejara más y le mirara con sus ojos cargados de tristeza negando con la cabeza, incapaz de articular palabras. Se agachó a su altura y frunció el ceño preocupado.
- ¿Qué te pasa? - le preguntó sin obtener respuesta.- Jimin. me estás preocupando en serio. Si no me cuentas lo que te pasa al menos déjame acercarme para consolarte ¿si? No puedo simplemente quedarme aquí viéndote así sin hacer nada.
- N-no... Es-es eso lo que me pasa Yoongi-hyung. Que no puedes acercarte a mí, que no puedes tocarme. Y quiero que me toques, quiero poder salir de esa mansión siempre que quiera, quiero ir al colegio. Quiero tener unos padres que me cuiden y me regañen cuando me porto mal. Quiero... quiero poder expresar mi amor a quien amo. Quiero poder besarle, abrazarle, sentirle. Ojalá pudiera tener una simple relación romántica normal. Quiero que me devuelvan lo que se me arrebató al nacer. Todo eso. Como a mis hermanos. Que todos podamos tener eso. ¿Por qué no podemos? ¿Por qué nosotros?
Yoongi no entendía de lo que hablaba. Solo entendió que estaba enamorado de alguien que no eran sus hermanos. A no ser que conociera a Namjoon a parte de él, solo podía ser una persona. Y ojalá fuera quien estaba pensado. Su corazón se aceleró con la sola idea. necesitaba más información.
- ¿Y por qué no podéis? No te estoy entendiendo. A mi vista eres un chico normal. Salvo el que vivas en esa casa sin supresión de un adulto. Todo es normal en ti, deberías de poder hace todas esas cosas.
- ¡No puedo! - gritó con fuerza llorando más. - No puedo... - esta vez susurró mirando al suelo.
- ¿Por qué?
- Si te lo dijera me tendrías miedo, no volvería a verte y quiero verte. Necesito verte. Tal vez sea lo único que pueda hacer con respecto a ti y no quiero perderlo.
- Jamás tendría miedo de una bolita de luz como tú - se iba acercando poco a poco a él aprovechando que no le miraba directamente.
- E-eso no es verdad. No soy eso...
- Eres el chico más guapo y adorable que conozco. Tienes la voz más hermosa del mundo y una personalidad brillante. Jamás tendría miedo de ti.
- Eso lo dices porque no sabes que soy de verdad.
- Se como eres, con eso es suficiente. Igualmente, es imposible que tenga miedo de la persona que me gusta.
Jimin alzó la mirada para encontrarse al mayor a solo unos centímetros de él. Iba a tocar su mejilla, podía ver su mano por el rabillo del ojos y se movió un poco por impulso, seguramente la costumbre.
Los ojos de ambos estaban conectado por una línea invisible, a través de la cual se podían transmitir todo con la mirada, sin necesidad de palabras. De esa forma Yoongi le pidió permiso para tocarle y Jimin cerró los ojos a modo de afirmación, frunciendo el ceño y preocupado por la reacción que tendría el contrario.
Cuando la mano de Yoongi llegó hasta su mejilla, descubrió que el tacto de la piel del contrario era fría; demasiado fría. Carecía de calor corporal, como si... estuviera muerto. La imagen ante él cambió. Jimin tenía ahora la piel azul casi transparente, y dos lágrimas bajaban por sus mejillas.
- Todo aquel que toque las paredes de la casa será capaz de ver a los fantasmas que viven en su interior - recitó el menor - Creo que conoces esa leyenda de sobra. Mis hermanos y yo morimos al nacer en esa misma casa y por ello estamos ligados a ella. Los fantasmas son humanos que murieron quedándoles algo que hacer cuando estaban vivos. Nuestos padres no murieron, marcharon lejos de la casa asustados por los bebes fantasmas que veían en todas partes y no sabían que eran, solo les recordaban la muerte de sus hijos. Nos abandonaron. Lo que nos queda a mis hermanos y a mí hacer en vida es... vivir. Por eso crecemos tanto mental como físicamente. Pero nuestros corazones están parados. Seguimos muertos. Si estuviéramos vivos podríamos tener una vida normal, pero como no es así... - abrió los ojos - Siento que te hayas tenido que enamorar de un fantasma - le miró con la mayor tristeza en sus ojos.
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Hide & Seek. A que no me ves [NAMJIN] {Bts}
FanfictionTal vez resultara extraño para cualquier persona con cabeza que un niño viviera solo en una gran mansión jugando a tomar el té con sus amigos imaginarios; pero para otro niño que solo conoce las cuatro calles de su pueblo y es ajeno a todo rumor que...