Un San Valentín con los Bad Boys

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Un golpe, dos golpes, tres golpes. Soltó el cuello de la camiseta de ese chico y lo dejó caer al suelo. Haizaki estaba molesto y el hecho de que ese idiota llevase semanas pavoneándose acerca de ser el "Bad Boy" de Teiko le había sacado de sus casillas. Nadie podría arrebatarle ese título jamás.

Le sonrió con sorna y miró al estudiante que cubría su nariz para evitar que la sangre siguiese brotando de ella.-Hasta luego Bad Boy.-Dijo resaltando las últimas palabras con ironía.

Al voltear notó como unos ojos zafiros le miraban a la distancia, le sostuvo la mirada, sabía que él había visto como golpeó al pobre infeliz que ahora descansaba sobre el suelo. Se acercó a el esperando el reproche que recibía por parte del peliceleste cada vez que hacia algo violento.

-Hola fantasmita.- dijo sonriéndole con sorna.

-Buenos días Haizaki-kun.-le saludó de forma monótona.- ¿Cómo has estado?-preguntó sorprendiendo al peligris; definitivamente no esperaba que el peliceleste quisiera entablar una conversación casual. Después de todo, lo usual eran los reproches.

-¿Cómo crees que estoy? Ese bastardo de por allí se atrevió a intentar robar mi título.-contestó molesto mientras señalaba al chico que seguía tendido en el suelo.

-El nunca podría ser el Bad Boy de Teiko.-asintió dándole la razón y Haizaki sonrío sintiéndose halagado.

-¿Cómo estás tan seguro Tetsuya?-preguntó buscando recibir cumplidos por su "excelente" personalidad.

-Porque a los chicos buenos nos atraen los malos, y a mi solo me gustas tu.-se confesó haciendo que el peligris lo mirara con los ojos abiertos desmesuradamente por la sorpresa.

-¿Qué?

-Tu me gustas Haizaki-kun.-le miró fijamente a los ojos con las mejillas levemente sonrojadas.-Por favor, acepta estos chocolates junto con mis sentimientos.-pidió extendiendo una caja de chocolates hechos a mano en su dirección.

-¿Hablas en serio?-preguntó echándose a reír estrepitosamente.

-S-si.-bajó la mirada con la vista nublada por las lágrimas.

-Patético.-escupió volteando y yéndose sin mirar atrás.

Vio la espalda del mayor alejarse mientras apretaba una de sus manos contra su pecho. Tendría que haber previsto que para el chico malo, el siquiera representaba una posibilidad.

El incesante pitido de su despertador detuvo su pesadilla. No, definitivamente no se le declararía a Haizaki Shougo. Si recibía un rechazo igual al que había recibido en su sueño no podría soportarlo.

Miró su calendario, 14 de febrero. Aún tenía tiempo de deshacerse del chocolate que había preparado para el peliceniza. Quizás podría dárselo a Murasakibara-kun, estaba seguro de que al pelimorado le alegraría recibir unos chocolates extra.

Se levantó de la cama y se adentró en el baño, necesitaba una buena ducha para despejar su mente. Luego de enjuagar y secar su cuerpo se vistió con el uniforme de Teiko.

Bajó las escaleras con la intención de saludar a su abuela y tomar el desayuno juntos. Sin embargo, sus pasos se detuvieron abruptamente al ver a Haizaki sentado en la mesa de centro tomando un té con su abuela.

-Oh Tetsu, por fin te despiertas. Este apuesto joven vino a buscarte.-dijo guiñándole un ojo entretenida.

-¿Qué?- preguntó al aire viendo como Haizaki le miraba con diversión.

-Creo que mejor los dejo solos para que hablen.-le sonrió cómplice a su nieto y se retiró de la sala.

-Buenos días Fantasmita.- saludó al menor con una sonrisa en los labios.

-Haizaki... tu... ¿Qué haces aquí?-preguntó sin lograr esconder la sorpresa que le generaba ver al peligris en su casa.

-¿No es obvio que vine por ti?- preguntó a la vez que extendía una caja de chocolates en dirección al contrario.

-¿Hablas en serio?-preguntó con un leve rubor en sus mejillas mientras aceptaba los chocolates.- ¿Yo te gusto?

-Oye, se que muchas veces me comporto como un idiota contigo y con tu grupito de insoportables amigos; también se que no soy la mejor opción para un prodigio como tú y se que posiblemente siquiera me tengas en cuenta como una opción. Pero tú si me gustas Tetsuya.-se acercó al menor y tomó su mentón entre sus dedos.-Dime... ¿Tengo una oportunidad contigo?

El peliceniza lo miraba expectante, la tentación era irresistible. Los rosados labios del menor estaban a pocos centímetros de los suyos y sus respiraciones comenzaban a entremezclarse.

-Tu también me gustas, Haizaki-kun.-murmuró sin despegar su mirada de la contraria.

-Mierda.-murmuró encantado con el menor y besó los labios del peliceleste por primera vez.

¡GRACIAS POR LEER LA SEGUNDA PARTE DE ESTA PEQUEÑA COLECCIÓN!

#VivaElHaikuro

#LosBadBoysMerecenAmor