La subasta (Parte 2)

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— ¿Sucede algo? — Pregunta Shawn al volver con las botellas.

— Solo me pregunto cómo pueden besar a tantas chicas en una sola noche. No les da ni siquiera un poco de no sé... ¿Asco?

— ¿Por los gérmenes? Sí, por eso prefiero ser el que cobra. — Se ríe. — Ahora vuelvo.

¿Quiere decir que él nunca participa en la cabina de los besos? No sé si creerlo, quizás se lo pregunte a Denver luego, él debe saber.
Shawn le deja las botellas a Denver ya que, Kane sigue ocupado con aquella chica.
Cuando Kane ve que Shawn regresa a mi lado deja de besar a la chica para poder observarnos.

— ¿Qué quieres hacer ahora?

— ¿Qué tal si vamos a los juegos?

— ¿Quieres que también te gane en eso?

— Si bien recuerdo fui yo quien ganó en los videojuegos. — Me burlo de él.

— En estos juegos no hay forma de que me ganes.

Shawn y yo nos miramos unos segundos a los ojos mientras sonreímos, me gusta sentirme de esta manera, las primeras citas son así; sientes mariposas en el estómago cuando estas alistándote para verlo, los nervios cuando llegas al lugar acordado y luego la mezcla de los nervios y las mariposas en el estómago cuando finalmente lo ves y es todo lo que imaginaste, incluso mucho más, cuando te das cuenta de que él también ansiaba verte por esa mirada electrizante con la que te ve a los ojos mientras te dice que te ves hermosa. Eso es todo lo que Shawn me hace sentir, al pararme junto a él tomo su mano. Si no es ahora ¿Cuándo? Alguien debe tomar la iniciativa. Sus manos están tibias, un poco sudadas, asumo que es por los nervios, mientras que mis manos están heladas por la misma razón, entrelazamos nuestros dedos despacio, ambos tratamos de descifrar si realmente ambos estamos de acuerdo y creo que así es, al estar completa mente entrelazados nuestros dedos Shawn respira como aliviado.

— Lo habría hecho antes, pero tenía miedo de que te incomodara.

— Para nada. — Sonrío. — ¿Vamos?

Antes de darnos la vuelta para ir a los juegos veo a Kane mirándonos, puedo notar desde aquí que esta algo molesto. El primer juego que vemos es de explotar globos con dardos, cada uno tiene cinco dardos, al reventar tres globos ganas un premio, Shawn me deja tirar primero, reviento solamente dos globos, cuando es su turno me doy cuenta de que es muy bueno para esto, revienta cuatro globos seguidos, el ultimo lo falla por poco.

— Si juega dos veces más, reventando tres globos en cada juego puede llevarse un peluche de estos. — Le dice el chico que atiende.

Los osos panda de peluche que señala el chico son adorables, miden casi sesenta centímetros.

— En ese caso deme dos más. — Saca de su billetera un billete de diez dólares.

— Aquí tiene. — Le da los primeros cinco dardos.

Shawn revienta cinco globos esta vez, quisiera tener su habilidad. El chico le da otros cinco dardos, los primeros dos tiros los falla, creo que se siente un poco nervioso, los siguientes dos logra acertarlos, antes de hacer el ultimo tiro respira profundamente, esta algo tenso, me mira, suspira una última vez antes de enfocar su objetivo, un globo rojo, apunta y tira sin dudar, logra reventar aquel globo rojo, de la emoción me toma en sus fuertes brazos levantándome del suelo, damos un par de vueltas antes de que me deje de nuevo en el suelo.

— Lo siento. — Dice riendo un poco cansado.

— Esta bien. — Rio con él.

El chico saca uno de los osos panda, se lo da a Shawn quien me lo da a mí.

Eres mi perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora