Luo Binghe y Shen Qingqiu

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Shen Qingqiu se levantó temprano, se dio un baño y, mientras secaba su cabello, no pudo evitar que su mirada cayera en el calendario, fue entonces que lo vio y su alma cayó a sus pies ¿porqué? ¿porqué ese día había llegado? De todos los días cursis tenía que ser justo ese.

14 de febrero

A su mente llegó el recuerdo de su pareja, esos grandes ojos oscuros llenos de emoción mientras le decía una y otra vez "Shizun"

Ah maldición. Llevó su mano a su frente, si no hacía nada lo más seguro es que esos grandes ojos de cachorrito se llenaran de lágrimas ¿porqué una sola fecha en el calendario tenía que ser tan problemática?

Suspiró y decidió que lo mejor era terminar con esto de una vez por todas... hora de ir al mercado.

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¿Qué en el infierno había estado pensando? Había sido una idea suicida aventurarse al mercado en pleno día de los enamorados. No solo había parejas por doquier, no, parecía que el número de mujeres jóvenes y chicas había aumentado exponencialmente, todas y cada una de ellas empeñadas en comprar el mejor chocolate o en hacerles ojitos a sus parejas para que les compraran el peluche más grande y lleno de corazones.

Había olvidado por completo que no solo él tenía este problema, aunque, habiendo estado junto a Luo Binghe durante 3 años debería de haber sido algo a lo que estuviera acostumbrado, no, mentira, nunca se acostumbraría. Para empezar él era alguien muy reservado en el exterior, no había manera de que entrara felizmente a una tienda por demás rosa a comprar chocolates o peluches para su pareja ¡él no era una chica! y sin embargo... haaaa las cosas que hacía por ese cachorrito de grandes y tiernos ojos.

Y por eso estaba en el actual problema... bueno no, esta vez había sido por su propia estupidez. Si bien tenía que darle algo a su pareja pudo haberse resignado a cualquier cosa de cualquier tienda, pero no, no pudo encontrar algo que de verdad le gustara y ahora tenía un montón de chocolate para fundir en su cocina y un par de cursis moldes de silicón ¿en qué había estado pensando? ah si, en la estúpida sonrisa adorable de su estúpido hombre.

Shen Qingqiu se maldijo internamente un poco más antes de suspirar y resignarse -bien, a mal tiempo buena cara- se arremangó las mangas y se puso a trabajar, después de todo ¿qué tan difícil podía ser?

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-¡Shizun!- la sonrisa de Luo Binghe estaba llena de emoción cuando se presentó en la puerta de su departamento -¡viniste!- su emoción era palpable, Shen Qingqiu estaba seguro de que el hombre estaba conteniéndose con todo lo que tenía para no lanzarse sobre él.

-S-si, si vine- contestó, intentando sonreír lo mejor posible para ocultar todo su nerviosismo interno.

-Vamos, adelante, pasa- ofreció su pareja haciéndose a un lado para que pudiera ingresar a su hogar.

Shen Qingqiu no pudo evitar vacilar, había venido con un propósito, entregar el chocolate a Luo Binghe y terminar con toda esa locura de día de San Valentín lo antes posible. Sin embargo, tenía el presentimiento de que si entraba sin más empezaría a buscar cualquier excusa para postergar la entrega el mayor tiempo posible, y eso lo podría aún más nervioso y ansioso causando que la entrega sea un total desastre.

Por otro lado, estaba seguro de que la expectativa ante la reacción de Luo Binghe también lo volvería loco, después de todo, éste siempre encontraba maneras de sorprenderlo en cada ocasión.

-¿Shizun?-

Shen Qingqiu levantó la mirada, se había perdido en sus pensamientos por un momento, ocasionando que Luo Binghe se desconcertara.

-¿Ocurre algo Shizun?- preguntó su compañero, su mirada llena de curiosidad y sus ojos cayendo en su mano derecha, la cual ocultaba cierta cajita con aroma dulce detrás suyo.

Maldición, se había dado cuenta.

-Shizun- Luo Binghe se aproximó entonces, intentando mirar por sobre su cabeza, al fallar, intentó ver por un costado, desde luego, Shen Qingqiu no se lo dejó tan fácil -vamos Shizun, dime que ocurre-

Shen Qingqiu lo miró, esos ojos, ahora era demasiado tarde, si inventaba cualquier excusa para salirse de eso entonces los ojos de su pareja se llenarían de decepción y eso patearía su estúpido y enamorado corazón. Bien entonces, era el momento de la verdad, ahora o nunca.

Tomando una fuerte respiración Shen Qingqiu cerró los ojos y finalmente sacó la pequeña cajita diabólica de detrás suyo -feliz día de San Valentín- expresó con rapidez, ahí, lo había dicho... ¿porqué no dijo algo menos cliché? ahora podía sentir sus mejillas sonrojarse, maldición.

Sin embargo, pasaron unos momentos y no hubo ningún sonido proveniente de Luo Binghe. Shen Qingqiu frunció el ceño ¿acaso no le había gustado? ¿cómo? si aún no abría la cajita para poder decepcionarse. Un tanto dudoso abrió los ojos y contempló el rostro de su pareja.

No pudo evitar abrir la boca, sorprendido, el rostro de su pareja tenía la sonrisa más hermosa de toda la creación, con sus ojos brillantes por la emoción y sus mejillas con un adorable tinte rosado.

-Binghe...- fue lo único que pudo decir.

-Shizun- la emoción de su compañero incluso le hizo difícil decir algo, al final el hombre cerró los ojos y se lanzó a él.

Pronto Shen Quingqiu se encontró rodeado por los fuertes brazos de su compañero y su mejilla terminó descansando contra un cálido pecho mientras escuchaba el parloteo emocionado de Luo Binghe.

-Shizun, eres el mejor, me encanta tu chocolate, me encanta, me encanta, me encanta-

Las mejillas de Shen Qingqiu se sonrojaron de golpe, casi pudo jurar que salió vapor de sus orejas ¿por qué Luo Binghe tenía que ser tan malditamente... adorable? a falta de otra palabra.

Antes de que pudiera saber que demonios estaba sucediendo fue arrastrado al interior del departamento por su compañero, la puerta se cerró con fuerza mientras era presionado contra esta y unos cálidos labios se apoderaron de los suyos, entonces no hubo nada más que decir.

El beso, inocente en un principio, se tornó más apasionado conforme se podía a la par con la emoción de Luo Binghe, al final, Shen Qingqiu tuvo dificultades para respirar y solo entonces fue liberado.

Aturdido, no supo en que momento la cajita salió de sus manos y Luo Binghe contempló su chocolate, la emoción no disminuyó ni un poco de esos ojos que tanto le gustaban. Shen Qingqiu sacudió la cabeza, no debía permitir que la atracción de Binghe lo distrajera.

-Me encanta Shizun- fue lo que dijo Luo Binghe y Shen Qingqiu no pudo evitar alzar el puño internamente, más valía que fuera así, no en balde su cocina terminó hecha un lío pegajoso y por eso había ido a entregar el chocolate al departamento de su compañero en lugar de esperarlo en el suyo como habían acordado.

Sacudió la cabeza, no era momento de pensar en eso, se aclaró la garganta e intentó guardar la compostura.

-Por cierto ¿cuándo dejarás de llamarme Shizun?- preguntó frunciendo el ceño.

Luo Binghe se rió un poco -nunca, Shizun es Shizun-

¿Qué clase de lógica era esa? había dejado de ser maestro del hombre hace años. Sin embargo, no tuvo tiempo de protestar cuando Luo Binghe lo presionó de nuevo contra la puerta y lo besó hasta que se olvidó de su propio nombre.

Lo siguiente que ocurrió le hizo olvidar para que incluso había ido al departamento de su pareja... ¿qué día era?

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Notas de autor: Espero que les haya gustado y se lo hayan pasado bonito el día de hoy, me faltan dos parejas, espero subir los próximos oneshot lo más pronto posible, paciencia ^^

Nos leemos luego \^^/

~~Three Couples, One Valentine~~Where stories live. Discover now