Rota

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Mary Pov’s

Nunca tuve intensión de ser ambiciosa, solo tenía la esperanza de que pudiese encontrar algo por lo cual ser feliz, pero el amo Illumi tuvo razón “La esperanza es deseo y crece como la hiedra”. Yo no debía tener esperanza y mucho menos deseo por algo, y puede sonar idiota de mi parte, pero empecé a desear lo que más tenía prohibido. Comencé a querer su amistad, quise sonreír con ella; pero la amistad está prohibida en mi vida y en esta casa.

Lentamente comencé a abrir mis ojos, las paredes rocosas y grises sin pintura me dieron la bienvenida, el familiar olor a humedad me confirmo lo que yo sabía. Estaba nuevamente en la mazmorra del amo Milluki, es degradante ser torturada por ese hombre; y más aún si sabes que su vida es insignificante frente a la cantidad de poder que posees. Pero si quiero asegurarme de que aquellos que amo estén a salvo, entonces debo soportarlo.

Fin del Mary Pov’s

-Bienvenida nuevamente, Mary-chan –hablo una voz chillona de entre la oscuridad de la habitación.

-Mis saludos amo Milluki –dijo la albina bajando la cabeza en señal de respeto.

La tenue luz de la mazmorra subió de intensidad, permitiéndole a la albina mirar con detalle cada rincón de la habitación, no había cambiado mucho, mesas y estantes llenos con objetos de tortura de lo más variados, algunos contenedores de vidrio con ácidos y venenos de diferentes grados de corrosividad, una dama de hierro y otros objetos de tortura antiguos.

Mary se encontraba suspendida del techo, asida fuertemente por las muñecas con unas largas cadenas y gruesos grilletes, además de grilletes en los tobillos que conectaban sus pies a pesadas bolas de hierro algo erosionadas por el óxido.

-¿Qué hiciste ahora? –pregunto Milluki observando los objetos de una mesa cercana a Mary.

-No lo sé –murmuro en respuesta.

-¡Que falsa eres! –grito Milluki volteando a ver a la albina quien guardo silencio –Aun no sé porque te mandan a vigilar a Killua; Illumi debería prescindir de ti, es obvio que intentaras algo cualquier día – dijo acercándose hasta la chica con una daga en mano- ¡Responde maldita!

-¡No lo sé! –grito en respuesta luego de sentir el frio metal desgarrar su ropa en un solo movimiento.

El blanco vestido de la joven cayó al suelo hecho jirones, manchado con pequeñas gotas de sangre que salieron de una cortada superficial provocada por el implemento filoso al pasar tan cerca de su piel. Mary quedo solo en ropa interior frente a Milluki, quien paseo la vista descaradamente por las múltiples cicatrices que escondía la joven bajo su ropa, todas aquellas heridas mal cicatrizadas eran admiradas por el azabache con total morbosidad, orgulloso de cada vestigio de tortura a la joven,  ya que todas eran obra suya. Él no tenía por qué ser cuidadoso con ella, caso contrario al de Killua en el cual estaba obligado a contenerse; se suponía que la chica era enviada con él para ser torturada por sus agravios a la familia, aunque el obeso no gozaba del derecho para matarla, a pesar de que fuese su mayor deseo, solo podía dejarla, a lo mucho, en condiciones críticas sin inducir al coma, e Illumi se encargaba de supervisar que no se propasara y la matase.

Siempre fue una historia curiosa el hecho de que esa joven fuese tan “especial” como para no prescindir de ella, en un inicio solo fue considerada como un arma más, más inútil que las otras por su carencia de habilidades nen, a pesar de los múltiples entrenamientos y experimentos a los que fue sometida por Illumi. Pero cuando desarrollo sus habilidades, comenzó a ser un arma especial, sus habilidades de espionaje eran inmejorables, incluso mejor que las de Killua e Illumi, ella carecía de sed de sangre para activar cualquier instinto de supervivencia en sus objetivos, además poseía un zetsu perfecto que la hacía indetectable; podía estar frente a su objetivo, matarlo y continuar caminando sin que nadie advierta su ropa llena de sangre dejando tras sí una conmoción por el cadáver.

Mi ángel de cristal -Hunter x HunterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora