✒Inician los problemas.

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El fuerte sol de la mañana cubría como un manto toda la zona de entrenamiento en la cual se hallaban todos los cadetes de diferentes escuadrones pero de la misma fuerza: El cuerpo de exploración.

Un lindo pelinegro de baja estatura se hallaba en un canto de la zona de entrenamiento junto a los demas superiores; Erwin Smith, comandante de la legión, Hangi Zoe y Mike Zacharias, ambos mayores y Levi Ackerman, capitán del escuadrón de operaciones especiales.

Los cuatro se encargaban de inspeccionar que todos estuvieran haciendo bien su entrenamiento.

Los dos rubios más altos se encontraban hablando de la expedición que se había planeado realizar dentro de un tiempo, la castaña de lentes sólo estaba sumida en sus pensamientos retorcidos sobre titanes o quien sabe que, mientras que el pelinegro se dedicaba a ver a los chicos para que ninguno se pasará de listo y no realizará sus labores, aunque su semblante se apresiaba serio y controlador tenía un carácter dulce y muy tierno que nadie conocía a exepcion de un alegre castaño de ojos verdes quien era el único en ocupar los pensamientos de Levi, si, aunque pareciera que el estuviera viendo fijamente a los cadetes, su mente estaba perdida, muy lejos de esa zona de entrenamiento, en el lugar más apartado del Castillo y el mas protegido, junto a su amado castaño, la persona más importante en su vida, el que le da color a sus días grises.

PDV Levi:

Ya faltaba poco para que el entrenamiento terminara haci que me dirigí dentro del Castillo, como los cadetes aun no llegaban me tomó tiempo para darme un salto al sótano y no presisamente para inspeccionar a quien se hallaba dentro.

Estaba bajando las escaleras que llevarían a la parte más profunda del Castillo.

Estaba frente a esa puerta antigua de madera marrón oscuro y sin que me diera cuenta una sonrisa se dibujó en mi rostro por la repentina felicidad que sentí una vez que mi mano derecha tomó el amarillento pomo de la puerta tras la cual se encontraba la persona que mas amaba en el mundo.

Lentamente gire el pomo y empuje la antigua puerta de madera hacia adelante.

-pensé que no vendrías-escuche la voz de Eren, ese castaño que tanto amo dirigirse a mi con una gran sonrisa en su rostro.

El se hallaba apoyado a un lado de la simple cama de cubierta crema, tenía los brazos crusados en su pecho y sus hermosos ojos verdes brillaban con la luz del foco que estába en el sentro del techo.

-claro que lo aria-dije con una sonrisa surcando mi rostro para después avanzar hasta donde el se encontraba y rodear su cuello con mis brazos mientras el me abrazaba fuertemente por mi cintura.

-te amo-susurro Eren en mi oído mientras usaba su mano derecha para tomar mi mentón y hacer que lo viera directamente a los ojos para despues juntar sus labios con los mios en un dulce beso mientras ambos cerrabamos nuestros ojos para disfrutar el bello momento que estamos pasando.

El beso se hizo más apasionado y Eren me empujó ligeramente hasta que mi espalda chocó contra la pared, sentía el cuerpo de Eren presionado contra el mío y su lengua ingreso a mi boca encontrándose con la mía y creando una danza entre ellas, seguimos besandonos hasta que sentíamos que el aire hacia falta en nuestros pulmones y nos separamos.

Cualquiera diría que un beso así de apasionado llevaria a tener relaciones sexuales pero, aunque Eren lo quisiera el me respetaba pues sabía que apenas ayer lo habíamos echo y digamos que el castaño no es especialmente suave al momento de hacer el amor, sólo nos sentamos en su cama y empezamos a hablar de como nos había ido en el día ya que no estuvimos juntos aunque quisiéramos.

Después de unas horas me fui ya que tenía que hacer un informe sobre el entrenamiento de hoy para el maldito Nile que siempre quiere saber que hacemos y por alguna razón siempre me manda a mi que haga y mande el informe, que molento es.

"Mi razón de Vivir"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora