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—Señorita, ¿Cuánto cree que  tardará un viaje desde  Italia a Corea?—preguntó el chico desahuciado, exhausto, con su maleta en la mano, esperando una respuesta rápida y directa. Sin importarle el precio que deba pagar, el debía volver.

—Depende a la velocidad que vaya—respondió, con una sonrisa, que cuando corrió su vista de su monitor designado para dirigirse hacía su cliente, desapareció—Señor, ¿Cuál es su urgencia?—preguntó estupefacta.

—Mis padres, y mi hermano.. Ellos... No importa, el avión más cercano a salir, que vaya más rápido, lo que sea. El que tenga que llegar primero a los anteriores, a ese quiero abordar—la chica del mostrador pestañeó dos veces antes de que su cerebro procesara todo lo que aquel muchacho dijo, en tan solo dos segundos.

—Hay uno... A cinco minutos, va a toda velocidad por el piloto que le toca, así que llegará ahí en alrededor de diez horas y cinco minutos. ¿Lo qui-...

—¡Sí! Ese, tome mi tarjeta de crédito—todo apurado se revolvió su bolso—No importa el lugar...—se fija disimuladamente el nombre de la muchacha—Lia, gracias por entender... Por cierto, ¿Sabías que tu nombre significa portadora de buenas noticias? Eres mi portadora.

Aquella chica se sonrojó un poco—Sí, lo sabía. Bueno, desde ahora lo sé—rió un poco—Gracias por el dato...

Entendió—Jimin, Park Jimin.

La chica simplemente terminó de escribir los datos— Toma, Jimin. Firmas aquí y te puedes ir. Te esperan en la cabina de allí. Ve, y suerte con tu viaje—le entregó su boleto, y esperó a que termine de firmar aquel muchacho.

—Gracias Lia—saludaba con su pequeña mano mientras corría hacía aquella cabina.

—Adiós Jimin.

Veamos... ¿Qué es eso del amor? [YoonMin] 윤민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora