El Asistente de Tony Stark [IronFrost]

Segunda parte. (Final)

Esa mañana el rostro de Loki se iluminó con una sonrisa enorme cuando su jefe llegó a la oficina con una caja de fresas que, según él, compró de camino a la compañía.

—Entrega especial para el hombre más atractivo del área ejecutiva de este lugar, después de mí, claramente —dijo Stark con una sonrisa encantadora, y una mirada sincera bajo sus gafas de sol.

—Esto solo le da la razón a Thor.

—¿La razón en qué? —inquirió su jefe con una mirada suspicaz.

—Él me acusó de que entre usted y yo había algo más que una simple relación laboral.

Tony esbozó una sonrisa traviesa.

—Ya quiera yo tener esa suerte.

Loki sonrió de medio lado. Aquel comentario resultó como una caricia para su lastimada autoestima. El señor Stark siempre fue un caballero con él. Su trato siempre era cordial con todos sus trabajadores, y Loki se había visto más beneficiado al ser su mano derecha y pasar más tiempo con él que el resto.

El ambiente que se respiraba en el área directiva cambió por completo días después. Loki observó que su jefe llegaba puntualmente al trabajo, y siempre traía consigo un obsequio para "su asistente favorito". Estos pequeños detalles iban desde una caja de chocolates, hasta todo un desayuno completo de su restaurante favorito.

Loki se sentía como el consentido de Industrias Stark, pero siempre procuró tomárselo con calma, pues, sería un completo ingenuo si interpretaba aquellos gestos como algo serio, pero, no podía negar que sentía una cálida sensación en su estómago cuando las puertas del ascensor se abrían y un elegante Tony Stark hacia su aparición con una sonrisa de un millón de dólares.

Las cosas dieron un giro estrepitoso cuando Loki escuchó la invitación a cenar de su jefe mientras este revisaba unos documentos que requerían de su firma.

—¿Qué dice, señor Laufeyson? ¿Acepta mi invitación o tiene otros planes para esta noche?

El tono casual con el que hablaba mientras escribía su nombre —papel tras papel— lo dejó mudo. Loki no sabía si su jefe hablaba en serio o le estaba tomando el pelo. Además, existía cierto detalle que Loki no podía ignorar.

—No creo que sea correcto, el comandante Rogers...

Tony lo detuvo con una mueca de fastidio. Loki observó como este negó y dejó a un lado la pluma con la que firmaba los papeles.

—Steve y yo terminamos hace un par de semanas, desde entonces no ha regresado aquí.

Loki no se atrevió a comentar sus sospechas, pero escuchar una confirmación por parte de su jefe lo llenó de paz. El señor Stark tenía razón, desde la última vez que ambos discutieron en esa misma oficina, el señor Rogers no había vuelto a poner un pie en la compañía.