El Sanatorio

Capítulo IV - Sueños Raros

María - Acabo de llegar a casa después del trauma que he vivido, ha sido una de las peores cosas que he vivido en mi vida, ahora voy a dormir un poco.

Tres horas más tarde, Natalia despierta salvajemente a María, pero María se despierta gritando.

Natalia - ¿Qué te pasa? Te iba a despertar. Son las 12 dormilona. Me he comido yo todos los churros.

María - He tenido un sueño horrible, creo que ha sido por lo de anoche.

Natalia - Tranquila, seguro que tendrá una explicación, aquí tienes el desayuno, solo quedan galletas. Me voy a trabajar. Han llamado del hospital, hoy te toca ir al hospital para que hables con la policía, te han subido el sueldo a 1200 € al mes por cierto. No sé cómo después de esto pero aún así positividad.

María - Pues que bien, te invitaré a una cena el viernes.

María y sus compañeros van al hospital por la tarde para hablar del caso de la muerte. El jefe Raúl les ha contado que la muerte no tiene ninguna explicación, simplemente dejó de respirar, y que la sangre no es suya, es de un cadáver de hace mucho tiempo.

Todos se quedaron extrañados, se reunieron, y María quería contar su sueño.

María - Anoche tuve un sueño horrible, era muy raro, en el sueño salía yo escalando una escalera de pared que estaba colocada en medio de la playa e iba al cielo, empezaba a escalarla y ya en las nubes la escalera se acababa y me quedaba allí sola.

Todos se quedaron boquiabiertos y dijeron que habían soñado lo mismo.

Rafael - En el mismo sueño también vi un crucifijo que daba vueltas a una velocidad muy rápida.

Todos aseguraron haber soñado lo mismo. Raquel continuó:

Raquel - En el sueño también había cómo una habitación gigante y muy oscura llena de camas colocadas cada una a su manera en la habitación, desordenada, y yo iba con una linterna, y en cada cama había un cadáver tapado por las sábanas, en todas.

Todos soñaron lo mismo, tendrá algo que ver ese sueño con lo que ocurrió anoche. ¿Por qué estuvo ese hospital cerrado treinta años?