Un Cuento De Hadas (Próximamente Una Portada Mas Acordé)

Hospital Psiquiátrico Harmond

Me quedé mirando en dirección a la puerta y a medida que está se abría podía observar una gran luz que molestaba mis ojos y la silueta de un hombre pero antes de poder moverme la luz me cegó por completo entonces desperté, me incorpore en la y miré al rededor solo había sido un sueño

Otra vez soñando con eso- me dije para mí desde ya una semana que estaba soñando mi vida de cuando era solo una niña una época muy hermosa y llena de felicidad hasta claro, la existencia de mi amiga imaginaria quien terminó siendo la razón por la cual termine aquí en este hospital psiquiátrico, recuerdo a la perfección ese día, cuando la puerta se abrió era un policía que quedó bastante desconcertado al ver tal ecena luego de semanas de investigación solo encontraron a una culpable de aquel crimen pero decidieron extender dicha investigación, ya que, a la policía realmente no les cabía en cabeza que yo una inocente niña pudiera si quiera pensar en matar a su mejor amiga y realmente así era, no era capaz de eso........... pero Cami sí, luego de eso empezo a decir que gracias a ella ahora nada se interpondria entré nosotras y si algo o alguien se atrevía a interferir recibiría el mismo castigo que mi difunta amiga, obviamente muy asustada le conté todo a mi mamá pero solo lo ignoró pensando que era solo mi imaginación de niña pequeña.

A medida que avanzaba el tiempo empezaba a tener estos "desmayos" más seguido y siempre despertaba igual, cansada, sudando y con cosas tiradas por todos lados hasta que un día mi mamá me preguntó el porque de mi actuar tan violento repentinamente a lo que yo le respondí que no sabía a qué se refería, el punto es que a los 12 años mi mamá me interno en el Hospital psiquiátrico Harmond declarando que tenía una doble personalidad, supuestamente este lugar me iba a ayudar a hacer desaparecer a mi ahora transtorno mental pero lo único que nos ayudan son esas milagrosas píldoras con un contenido extraño y amargo, son una lindas pastillas de color azul y rojo que ponen a Cami a dormir para que me deje en paz un buen rato, lamentablemente no me deja para siempre pero algo es algo, lo que me recuerda.

¿Donde las dejé?-Me senté en el borde de mi cama y al mirar la mesita de noche no pude encontrar las pastillas, pero estaba segura de haberlas puesto allí antes de dormir-

No las nesesitabas así que te hice un favor y me decide de ellas-dijo una voz en mi cabeza mejor conocida como Cami quien aveces hacia de las suyas mientras dormía, ya que era el único intervalo de tiempo yo estaba inconsciente y ella podía aprovechar de controlar mi cuerpo.

Cómo sea, pediré más, no es la primera vez que lo haces -dije levantandome de la cama dispuesta a salir de la habitación para buscar a una enfermera-

Oh vamos! ¿No te gusta mi compañía?-pregunta con algo de tristeza obviamente fingida en su voz-

No es que no me guste, es que simplemente la odio, por tu culpa estoy aquí encerrada y ¿Quieres que sea feliz contigo?, ¿Quieres que finja que todo lo que hiciste cuando era niña nunca paso?- dije molesta mientras la miraba a chica que solo yo podía ver, a la que solo yo podía escuchar un espectro que me miraba con una gran sonrisa al ver que lograba lo que quería-

Olvidaste culparme por lo de tu madre~ -canturreo esa maldita, había tocado una herida que aún no sanaba del todo, sabía que eso me haría salirme de mis casillas y podría aprovechar aquello para tomar mi cuerpo una vez más pero no, no le daría el gusto-

La ignore y salí de la habitación ella me seguía y me decía todo lo que se le ocurriera para hacerme sentir mal pero estaba tan centrada en mi objetivo que no iba a lograr nada.

Cuando finalmente encontré una enfermera y apenas le expliqué lo que me paso no tardó en ir por más, ya todos sabían lo peligrosa que podía ser sin las pastillas, cuando me entrego el frasco inmediatamente lo abrí e ingeri una, finalmente mi tortura acabó, ahora podría volver a mí habitación y sentarme a mirar por la ventana la vida de todas las personas que transitaban por las afueras del Hospital psiquiátrico viviendo sus vidas normales, era lo más interesante que podría hacer pero en cuanto volvía a mi habitación me topé con alguien que detuvo mi andar y cambio por completo mi panorama de ese día.