19 de Febrero.

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Me desperté con los nervios de punta. Incluso pensé en mentirle a mi madre, diciendo que me sentía mal para no ir al colegio. ¿Cómo lo vería ahora que sabe que me gusta?

Así que me levanté a prepararme para ir al colegio. Mis ganas de verlo y estar con el, siempre ganarían.

Tenía mucho tiempo para pensar que decirle al llegar y eso, porque el colegio no está nada cerca de mi casa. Tenía que tomar dos autobuses, en la mejor de las suertes, si pasaba un taxi, no perdía la oportunidad.

Antes de salir de casa, tome mis cosas, trate de desayunar algo, pero los nervios y la ansiedad me lo impidieron, revise unas cinco veces mi apariencia en el espejo de mi habitación, tome la mochila y me dispuse a salir de casa, pero antes, me asegure de no verme tan fea una vez más. Y listo.

¡Ya me voy mama!-grite saliendo por la puerta de la sala-

¡Hasta la tarde!-contesto mi madre-

Y camine unas calles para tomar el primer autobús. No podía dejar de pensar en que quizás haya sido una broma, quizás el lo haya tomado a juego. Es mi mejor amigo, el no haría eso. ¿Verdad?

Buenos días-le dije al conductor del autobús en cuanto me subí-

Buenos días-respondió amable el señor-

Tome asiento en la parte de atrás cerca de la puerta. Luego los conductores no son consientes de el poco espacio que hay dentro, y sube a veinte mil personas más. Al final no es autobús, es lata de sardinas.

Después de unos diez minutos de camino en el autobús, comenzaron q subir otras personas. Algunos eran estudiantes, y algunos otros trabajadores.

Me baje frente a un oxxo, así podría esperar el siguiente autobús. Espere al menos quince minutos, allí parada y sola. Muchos me han preguntado que si no me da miedo, supongo que al principio un poco. Pero luego me acostumbre. Me han pasado cosas bastante extrañas, a veces asquerosas, y muchas otras son buenas. Una me dejo total y completamente asqueada. Nunca le he contado esto a alguien que no sea de mi confianza. Iba en segundo de secundaria.

Subí al autobús, con mi típico "buenos días" pero ese conductor era algo muy serio. Y no respondió, no me importo porque, todos nos hemos sentido así alguna vez. Tan mal que ni siquiera puedes dar los buenos días, porque sientes que no tienen nada de buenos. En fin, me senté en la parte de atrás, ese día en particular estaba casi desolado. Había llovido a cántaros la noche anterior, y no había ni un alma en las calles. Sólo estábamos el conductor y yo.

Pero eso cambio en unos minutos, un hombre altísimo y delgado, con mirada nerviosa subió al autobús, y se sentó en los asientos de la misma fila que yo, horizontalmente.

Y no lo se, algo me decía que ese hombre no estaba bien del todo.

'Deberías bajar del autobús'

Esa frase no dejaba de sonar en mi cabeza. Decidí ignorarla, soy humana, cometo errores. Me arrepentí al momento de mirar al extraño hombre de reojo.

Me sentí tan pero tan asqueada con lo que vi, que casi lloro.

El hombre se estaba masturbando.

Si, lo se. Muy traumático. Sólo estaba allí, mirándome fijamente y masturbandose. Por suerte, había llegado al oxxo al que siempre me bajaba a esperar el siguiente autobús. Me baje lo más rápido que pude, jamás iba a superar eso. Ew.

Pero eso no tiene nada que ver con lo de Niels.

El segundo autobús que tomaba para llegar al colegio, me dejaba a unas tres calles de el infierno, que se hacía paraíso en cuanto Niels pisaba el salón. Me baje justo frente a la casa de una de mis "machas", Hannia.

Acababa de llegar este año al colegio, como a la mitad del ciclo. Y si, así de pronto ya formaba parte de nosotras.

Cruce la calle, y espere afuera de su casa a Hannia. Salió a los cinco minutos, y caminamos al colegio.

Quería decirle lo de Niels, porque necesitaba hablarlo con alguien, sin embargo, aún no estaba segura; así que no dije nada. Hablamos de torerías hasta llegar a la entrada del colegio, y esperamos unos cinco minutos a que abrieran, entramos y nos sentamos en los lugares que acostumbrábamos.

Pronto comenzaron a llegar mis otras "machas", primero Grecia, y luego karla. Hicimos lo de siempre. Hablar de famosos mientras las clases comenzaban.

Luego, vimos por la ventana que llegaba flor,me sentí una horrible amiga, pero yo no elegí enamorarme de el chico más codiciado de todo el plantel. La salude como todos los días, nos reímos un rato, y luego ella se fue a su salón.

Los nervios se hacían cada vez mayores, y entonces lo vi entrar, y mi corazón comenzó a latir más de lo normal. Aunque, yo ya estaba acostumbrada al sentimiento. Después de todo, el me gustaba hacia ya mucho tiempo. Jesucristo.

¿Porqué tenía que ser tan guapo?

Hola-dijo al entrar, con una pequeña sonrisa-

Holis-le respondí yo, estaba nerviosa-

Se sentó en el lugar de siempre. Junto a mi.

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