O4 ;

167 32 0
                                    

Yeah, I know it makes you nervous.
But I promise you, it's worth it.
To show 'em everything you kept  inside.
Don't hide, don't hide.
Too shy to say but I hope you stay.
Don't hide away.
Come out and play.

No sabía si debía realmente acercarse al chico moreno, pues era tan amable con él como nunca nadie lo había sido debido a su personalidad algo difícil de tratar, pero no quería incomodarlo.

Al final de la clase de educación física, cuando tenía que volver a guardar todo el material usado en el almacén ocurrió un pequeño encuentro:

El moreno no había salido de ahí tras entrar y Wonwoo, algo curioso entró en su busca con la excusa de que el profesor lo había mandado a ayudarle.

Mingyu estaba sentado entre dos de las grandes cajas metálicas llenas de balones de fútbol, balonmano y demás, sosteniendo una pelota de baloncesto medio deshinchada entre sus manos. Miraba el balón, moviéndolo casi imperceptiblemente sobre sus rodillas, como si le estuviera contando algo difícil de decir.

Su pelo achocolatado caía sobre su cara de caramelo, tapando todas sus facciones, excepto su boca, que estaba entreabierta, casi temblando mientras lo poco que se veía de sus mejillas estaba enrojecido, ¿tal vez por el frío?

Los pies del mayor se movieron instintivamente hacia el moreno con pasos decididos. Este, al escuchar los pasos aproximándose alzó la cabeza con algo de sorpresa tras pasar su brazo fugazmente por su cara para ocultar cualquier rastro de debilidad que en este pudiera hallarse. No se esperaba para nada que la persona que había entrado fuera Wonwoo, su Jeon Wonwoo.

Trató de levantarse para dejar el pequeño aula, pero el chico pálido se lo negó, colocando sus manos sobre los hombros del contrario para volver a sentarlo donde estaba. Acto seguido, se agachó a su altura.

¿Hmm?—soltó Mingyu, sorprendido.

Wonwoo no quería hablar o, mejor dicho, no sabía cómo hacerlo en esa situación.

Observó el rostro del más alto. Sus ojos estaban algo enrojecidos y sus mejillas, normalmente marroncitas, habían adquirido un tono rosa anaranjado. Wonwoo consideró esa escena la más adorable que había tenido la suerte de observar, sobretodo porque él era el único siendo presente de esta.

Mingyu frunció un poco la nariz, incómodo, pero no odiaba la situación.

El rostro contrario pareció adquirir una expresión dubitativa e indecisa por unos dos segundos antes de extender su brazo hasta Mingyu y acercarlo a él con suavidad para encerrarlo entre sus brazos en un dulce abrazo que quería transmitirle todo el apoyo posible.

Mingyu jadeó, sorprendido, mientras el cabello de Wonwoo le hacía cosquillas en el cuello.

El chico pálido apretó a Mingyu contra sí para hacerle saber que cualquiera que fuera la razón por la que estaba llorando, él estaba allí para él, sin importar qué.

Wonwoo...—susurró el moreno, correspondiéndo al cálido abrazo al fin.

El nombrado se sorprendió, ¿quería que se apartara? ¿Acaso estaba incomodándolo? ¡Eso era lo que menos quería!

Dispuesto a separarse, apartó los brazos del cabello y espalda del moreno.

¿Ya? ¿Eso era todo? Mingyu se había quedado con ganas de más. El abrazo de Wonwoo era tan cálido que no podía ni describirlo. Miró su rostro con algo de decepción.

Ambos se mantuvieron así por unos minutos, sin decir nada. Wonwoo miraba hacia el suelo, donde sus pies estaban nerviosamente moviendose de un lado a otro como si estuvieran en algún tipo de juego donde uno trataba de alcanzar al otro mientras que este no se dejaba; en cambio, Mingyu estaba casi estático mirando a un punto fijo en el suelo, reflexionando sobre lo que debería hacer ahora.

Hasta que Wonwoo se movió.

Wonwoo se movió, alzando su cuerpo del frío suelo con intención de irse.

Mingyu observó la espalda del contrario alejarse por unas décimas de segundo antes de levantarse para detenerlo.

A- aún no...—sostuvo su muñeca, atrayéndolo hacia sí mismo para fundirse en un nuevo abrazo. Era la única manera de decirle que se quedara con él que se le había ocurrido, pues no tenía las agallas de manifestarlo de manera verbal.

Está bien...—el otro murmuró, secretamente agradecido.

Y así, en el semioscuro almacén de material de educación física los corazones de ambos chicos se sincronizaron, comenzando a tejer un irrompible lazo entre ellos.

come out and play . 「meanie」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora