C A P I T U L O. 9

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Alexis.

Apenas tuve oportunidad y le hable a mis padres sobre el cambio en la investigación de la muerte de mi hermano.

Mi madre se lo tomó por sorpresa y hasta llegó a preguntar si yo tenía algo que ver.

-¡Por supuesto que yo no tenía nada que ver!- fue mi respuesta

Mi turno terminaba en veinte minutos, aún debía ir a mi casa antes de recoger a Alexis del colegio.

-Doctor Brave- llamó la enfermera de piso -Tiene un último paciente, lo espera en su consultorio- dijo solamente.

-Gracias- sonreí y me encamine hasta mi consultorio.

Lo atendí, era mi deber en estos momentos, saber que tenia una vida en mis manos.

Cuando por fin termine mi turno, se había hecho algo tarde, el trafico estaba insoportable y estaba seguro que no alcanzaría a ir por Alexis al colegio.

Llame a mi madre para que la recogiera y esperara a que yo llegara por ella.

Eso hizo así que apenas llegue a mi casa, tome una mochila de las de cientos de colores que tiene Alexis y empaque su pijama favorita, sus pantuflas de conejito y un uniforme limpio para que mañana fuera a la escuela al igual que un par de cosas de higiene.

No sabia que mas colocar en esa mochila, era su primera pijamada, debería de haber algún manual donde se especifique que debería de llevar.

Dejando salir todo el aire retenido decidí calmarme, no resolvería nada alterando mis sentidos.

Llame a mi madre segundos después de emprender el camino hasta la escuela.

-Mamá- respondí cuando vi que entro la llamada.

-¿Donde estas Alexis?- Pregunto algo preocupada.

-Estoy en camino- respondí girando en un semáforo.

-¿Estas conduciendo mientras hablas por teléfono?- dijo enojada.

-Mama tengo puesto el manos libres- estaba por llegar, unas cuadras mas y estaría con ellas.

-Abuela, ¿es papi?, quiero hablar con él- escuche a mi hija. -Esta conduciendo, ademas esta por llegar- seguía escuchando su pequeña charla.

-Las veo en unos minutos- colgué y me concentre en llegar con el amor de mi vida.

Estacione el auto justo frente a ellas, baje y de inmediato mi hija corrio a mis brazos.

-Hola princesa- bese su mejilla y le di un par de vueltas en el aire. -Hola Mamá- bese igual su mejilla.

-Que bueno que has llegado, ha surgido una emergencia en el hospital- con un abrazo y un último beso se despidió de Alexis.

-¡Adiós abuelita!- agitó su mano como despedida mientras observaba el auto alejarse.

-¡Estas lista!- pregunté con entusiasmo fingido no me sentía en confianza de dejar a mi hija en una casa desconocida al menos para mi.

-¡Si!- chillo emocionada -La mamá de Lena me dio la dirección en este papel- me lo extendió.

-Bien, vamos para allá- abrí la puerta trasera del auto para subir a mi hija y ajustar su cinturón, una vez lista tome mi lugar detras del volante para llevarla hasta la casa de su amiga.

No estaba tan lejos como parecía en el mapa, pero aún así debía asegurarme de recordar el camino por si se ofrecía alguna vez.

Di una última vuelta y divise la casa para posteriormente relacionarme frente a ella, ayude a bajar a Alexis del auto y con ella su mochila, esperaba que nada faltará.

-Pondré veinte dólares en tu mochila- señale el billete -Sólo utilizalo si es necesario ¿De acuerdo?- abrí y coloque el billete y volví a cerrarla en espera de una respuesta.

-Si papi- dijo entusiasmada.

-De acuerdo, te voy a extrañar bastante- me puse a su altura y la abrace. -Te portarás bien, no quiero ninguna queja- ella asintió con una sonrisa, así que poniéndome de pie y sosteniendo su mano caminamos hasta la puerta para tocar el timbre.

-¡Un momento!- se escucho del otro lado.

Mire a mi alrededor en espera de que la puerta se abriera, cuando lo hizo una mujer salió sonriente.

-Hola Alexis- saludo a mi hija -Señor...- no había dicho mi nombre.

-Soy Alexis Brave- extendió mi mano -Le importaría si pasó y revisó todo, soy un poco paranoico- hice una mueca porque realmente no lo era, simplemente cuando se trataba de mi hija.

-No hay problema pase, ahora las niñas están viendo una película en el sala con mi...- sus palabras fueron ignoradas por mi cuando vi quien estaba sentada ahí.

-¿Tu?- dije de inmediato sin creerlo.

-¿Que haces aqui?- se levantó del sofá y camino hasta estar más cerca y bajar un poco su voz.

-No, ¿Que haces tu aqui?- pregunté mirando como mi hija permanecía aún a mi lado. -Alexis puedes ir con tus amigas- sonreí.

-¡Te quiero papi!- sabía que ese había sido su despedida.

-¿Es tu hija?- miro a Alexis correr hasta el sofá que antes ocupaba.

-Si, es mi hija- respondí -¿Acaso ahora nos sigues?- pregunté.

-No claro que no. No estoy en servicio decidí tomar mis vacaciones y venir con mi hermana- señaló a la mujer detrás de nosotros que miraba la situación con una sonrisa tímida. -Mi cuñado tiene una Junta con el Comité de las naciones Unidas y necesita tener seguridad en estos momentos, por eso estoy aqui- mencionó.

-Si no es seguro aquí me llevare a mi hija- dije de inmediato.

-No, claro que no, no hay de que preocuparse, yo estoy aquí para cuidar y si quieres que cuide a tu hija lo hare- su proposición no sonaba mal pero ¿tendría la confianza suficiente para dejar a mi hija en sus manos sin temer por su seguridad?.

-No, claro que no, no hay de que preocuparse, yo estoy aquí para cuidar y si quieres que cuide a tu hija lo hare- su proposición no sonaba mal pero ¿tendría la confianza suficiente para dejar a mi hija en sus manos sin temer por su seguridad?

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La historia detrás de un PADRE SOLTERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora