C A P I T U L O. 13

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ALEXIS.

Habían pasado los tres días que temía, sabía donde se refugiaba Hailey en estos momentos, conocía el número de su teléfono, sin embargo, no me aventuraba a llamar y preguntar como estaba.

-¡Papi!- escuche el grito que me trajo a la realidad.

Se suponía que Alexis sale en veinte minutos más del colegio.

Mire mi reloj y ya había pasado cincuenta minutos desde la última vez que había visto mi reloj.

-¿Quien te trajo?- pregunté preocupado ante mi descuido.

-Hailey fue por Lena y espero junto a mi a que llegarás pero tardaste mucho- mire mi mano donde ya tenía las llaves del auto listas sólo esperaba a que diera la hora e ir, pero creo que me perdí en mis pensamientos.

-Debo darle las gracias, perdí la noción del tiempo- admito, nunca me había pasado esto.

-Aún está afuera, yo entre para ver si estabas- comentó con una sonrisa. Asenti a la vez que dejaba un beso en su frente y caminaba hasta la entrada de la casa.

-Iré a darle las gracias- comencé a caminar viendo el auto estacionado, estaba intrigado ante el aspecto de Hailey en un día como hoy. -¡Hey!- mire por la ventana.

-Creo que olvidaste algo...- mire detrás de mi que Alexis sonreía ampliamente.

-Un pequeño descuido- mire sus ojos, no había ningún rastro de lágrimas -Gracias, de verdad- quizás el estar distraida la ayudará a pasar un buen día.

-No te preocupes, cuando necesites...- aclaro su garganta.

-Lo tomaré en cuenta- ambos asentimos sin sabes que más decir.

-Bien... debemos irnos- mire a su sobrina que miraba el teléfono quizás jugando.

-¿Quieren comer?- invite señalando con mi pulgar mi casa.

-Rebeca nos espera para comer ya...- pensó un poco. -Pero estamos libres para la cena- sonrió.

-Bien, las espero aquí ¿Algo en especial que les guste?- rasque mi nuca, ¿Cuando fue la última vez que hice algo asi? Quizás desde que Julia estaba embarazada.

-Cualquier cosa esta bien... ¡Sorprendenos!- hizo un ademán con sus manos que nos robó una pequeña sonrisa.

-Bien ¿Ocho?- pregunté sin querer que terminará la conversación.

-Ocho- afirmó, me aleje del auto y di un par de pasos mientras escuchaba el motor ser encendido y como aceleraba para desaparecer frente a mi.

Respire finalmente y entre a la casa, debía de comenzar a preparar todo para su llegada.

Pero sobretodo a la razón por la que las había invitado, distraer a Hailey y hacer más llevadera su carga.

La historia detrás de un PADRE SOLTERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora