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Llevaban ya un rato persiguiendo a la ardilla. Kit se admiraba por la condición física del mayor, Jae seguía persiguiéndola mientras que él estaba tan cansado.

Tuvo que sentarse en una roca y tomar agua. En lo que recuperaba la respiración, Jae ya había conseguido la huella, aunque estaba todo sudado.

Sí... Estaba sudando. Era una imagen tan preciosa. Su pelo mojado y revuelto, su ropa también mojada, marcando sus músculos, sus labios empapados en saliva para que no se resecaran. Joder, joder, joder. Kit tenía el corazon en el estomago. ¿Te puedes calmar? Como sigas latiendo tan rápido hasta Jae te va a escuchar.

-Wu, genial, ya está listo -Jae se sentó en la roca, al lado de Kit, y sacó una toalla para secarse- ¿Por qué hace tanto calor hoy?

-Si tu supieras... -murmuró Kit.

-¿Qué? -el mayor no le había escuchado del todo.

-¡No! Nada, decía que tienes razón, y eso que yo no he corrido tanto.

Jae solo se rió. Joder, esa risa que tanto le gustaba a Kit, tan dulce, tan sincera. No paro de decir lo perfecto que es, pero es que lo es.

-Por cierto, sobre lo de antes... -ah, pero Kit volvió a ser interrumpido.

-¡Oh! ¿Sabes qué? Aún nos sobra tiempo, acompañame.

-¿E-eh? ¿Adonde?

-Es un secreto -esto último lo dijo con una gran sonrisa.

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Llegaron a una especie de cueva. Kit tenía bastante claustrofobia pero, obviamente no se lo iba a decir.

Entraron. Todo estaba muy oscuro, pero Kit sintió una mano agarrar la suya.

-No quiero que te caigas -escucho la voz que tanto le encanta- el suelo resbala y sería un gran problema.

Claro... Era obvio que no le iba a coger la mano así como así... Tenía que acostumbrarse a no hacerse tantas ilusiones.

No andaron mucho hasta que llegaron a una abertura y... Era precioso. Se veía un lago, iluminado por los rayos de sol que entraban por unas pequeñas grietas, tan pequeñas que no se podía ver el exterior, pero lo suficiente para crear esa maravillosa imagen

-¿A que es bonito? -dijo Jae al ver el asombro del menor, mientras se sentaba cerca del lagito.

Kit no respondió y se sentó a una razonable distancia del mayor, pero Jae se dio cuenta y fue él quien se apegó a Kit.

-Lo descubrí el otro día, y quería compartirlo con alguien especial -dijo para romper el hielo.

-¿E-especial? -preguntó Kit mientras notaba un leve sonrojo en sus mejillas.

Jae no respondió, seguramente porque se dio cuenta de lo que acababa de decir. En cambio, acercó sus manos a las del menor hasta tocarlas.
Al sentir aquel tacto, Kit se levantó de golpe. Estaba nervioso. Pero en ese momento todo se fue a la mierda, porque resbaló.

Al sentir la fría agua empapar todo su cuerpo, inició un ataque de ansiedad. Toda la claustrofobia que había estado conteniendo gracias a la presencia de la persona que tanto amaba, acababa de escapar. Se sentía caer, estaba sin fuerzas y no podía nadar. Se ahogaba.

Sintió unas manos que le sacaban de aquel frío infierno. Las mismas manos que al estar en la orilla le envolvían en un cálido abrazo. Estaba empapado, y frío, pero a aquella persona le daba igual, aquella persona se había dado cuenta de todo.

-Oye -esa dulce voz otra vez- tranquilizate.

Kit no quería abrir los ojos, no podía. Apretó más el abrazo. Le gustaba. Le gustaba el aroma de su perfume. Le gustaba la fuerza de su cuerpo. Le gustaba notar su respiración en el cuello. Le gustaba Jae.

Poco a poco consiguió tranquilizarse y cuando la ansiedad empezó a disminuir sintió unos labios sobre los suyos. ¿Le estaba besando? No no, eso era imposible. Estaba soñando, sí, era eso, solo un sueño.

|·Sueño Cumplido·| - (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora