Mala fama | Ross Lynch

C. 5.

-Lisa, es él, está aquí.
Le digo desesperada, jalandola, llevándola hacia la cocina.

-¿Quién?

-¡Ross, Ross Lynch! el papá de mi mejor amiga, el papá de Lea, Dios mio...

Lisa se queda pensando unos segundos, pero luego lo comprende todo y cierra la puerta de la cocina.

-Tienes que hablarle- me dice ella, frunzo el ceño- Es el momento perfecto, reclama lo que mereces, dile que tuviste a Lea y que necesita una pensión mensual, es su derecho, debe de mantenerla... además si esta en esta reunión es porque debe de tener muchísimo dinero.

-No puedo hacer eso, de ninguna manera le diré algo acerca de Lea, es peligroso, no sé cuales serán sus pensamientos actuales, pero ¿y si se enoja? ¿Y si me somete a un juicio y se la lleva? Tu sabes que en los juicios gana el que tiene más dinero.

-Tienes razón.

Me dice Lisa, acaricia mi cabello, y me deja un beso dulcemente en la frente. Pero a pesar de su intento en calmarme y de hacerme saber que no estoy sola, no logra calmarme.

-¿Quieres una manzanilla? Se te ve demasiado nerviosa.

-Es por todo lo que ha pasado Lisa, él destruyó mi vida, me alegro de haber tenido a Lea, pero no me alegro de haber dejado mi casa, a mis padres, y de estudiar para alejarme de Ross.

-¿Así se llama?

Asiento, paso las manos por mi frente, empezandome a sentir nefasta de los nervios que siento. Hasta llego a sentir ganas de vomitar ante esta situación.

¿Quién pensaría que Ross Lynch, llegó a sacar su empresa adelante y ahora es una de las más grandes junto a las de el señor Blair?

Ha debido de dedicar mucho tiempo a hacer crecer su empresa. Tiempo en extremo.

-Le diré al señor Blair que no me estoy sintiendo bien e iré a la habitación, no lo soporto más, no puedo estar en el mismo salón con ese hombre.

Lisa asiente, y vuelve a acariciar mi cabello.

-¿Él sabe que estás aquí?

-Sí, me vió cuando nos llamaron para hacer el brindis.

-Dime como esta vestido, si es que te vio en el momento del brindis quizá te siguió con la mirada y sabe que estás aquí y te está esperando afuera, saldré y tocaré la puerta de la cocina dos veces, eso significa que él no está ahí, pero si la tocó una, significa que está ahí y volveré en unos cinco minutos por ti, ¿de acuerdo?

Asiento de inmediato.
Si no está detrás de esa puerta, buscaría al señor Blair corriendo e iría a la habitación más rápido de lo que canta un gallo.

-Está vestido con un esmoquin color vino, debajo tiene una camisa negra pero más se le ve el pecho... y tiene el cabello castaño.

-¿No era rubio?

-Lo era...

Lisa asiente, y me dice que si es que me siento peor, que tome una manzanilla e intente relajarme un poco.

Cuando sale de la cocina, espero ansiosa sus toques en la puerta, pasan unos seis segundos, y escucho solo un toque.

El corazón se me va a salir del pecho.

Me acerco más a la puerta para escuchar el toque que falta, pero no hay más toques.

¡No hay más!
¿Está ahí?
¿Está esperándome?
¿Qué quiere?