C. 7.

1.5K 109 28
                                    


Subo los escalones incrédula. Sintiendo un ligero dolor en el pecho, segura de que provenía de lo profundo de mi corazón. Volvió con Muller y son una familia, no es feliz, pero si no lo fuera, ¿por qué volvió con ella entonces?

Puedo sentir como algunas lágrimas caen por mi rostro pero las quito bruscamente. No volveré a derrumbarme nuevamente por él, no, ya no. Y mucho menos ahora que tengo a Lea, no puedo volver a llorar todas las noches por el hombre que me arruinó la vida.

–Lo pensé mejor- digo entrando a la habitación, llamando la atención de Lisa de inmediato– No hablaré con Ross, él me hizo mucho daño, además, hablar con él no cambiará nada, él no se quedará conmigo o algo así- sonrío, intentando sonar sarcástica pero me arrepiento de hacer ese gesto ya que solo di pena– Con respecto a la pensión que merece Lea, pues siempre mantuve a Lea sola desde que llegué a esta ciudad y puedo continuar con ello sin ningún problema.

Lisa hace una expresión de "no estás pensando bien las cosas", pero termina asintiendo con la cabeza y dándome un beso en la frente sin decir ni una sola palabra.

Por un momento me entran escalofríos de que Lisa vaya a comentarle algo a Ross por ayudarme, pero no creo que sea capaz de hacerme eso ya que sabe que si Ross llega a enterarse de la existencia de Lea, podría quitarmela ante un tribunal.

Observo a Lea, quién aún duerme... se parece tanto a Ross. Y lo peor de todo es que estoy casi segura de que nunca lo conocera. Nadie sabe lo que el destino te depara, pero sé que soy capaz de hacer todo lo posible para que Ross no se entere de la existencia de mi pequeña.

No sé como piensa actualmente, y ahora que sé que volvió con la señora Muller y seguramente vive en la misma casa que con Ivanna, quién ya habría dado a luz... madre mía. Me había olvidado de ese detalle.

Ivanna estaba embarazada.
Frunzo el ceño y me siento sobre la cama. ¿Habría abortado? No... por algo ya ayudé a decírselo a su padre, seguramente ya dió a luz y lo está cuidando.

Me entra la curiosidad acerca de lo que habrá pasado con su vida. ¿Ross seguirá protegiéndola tanto como lo hacía antes? ¿Su relación con la señora Muller habrá mejorado?

Muller...
Se me hace un nudo en la garganta.

–¡Buenos días!
Exclama una conocida voz. El señor Blair acaba de despertar.

Ay no.
Me ato el cabello rápidamente en una cola alta y salgo de la habitación, sin pensar en la idea de que Ross puede estar rondando por ahí.

–Buenos días señor Blair- fuerzo una sonrisa– ¿Lo puedo ayudar en algo? ¿Puedo prepararle algo de comer?

Le pregunto sonando muy cortez, a lo que él responde con un bostezo, seguido de un:

–No te preocupes hijita, sólo dame un vaso de agua y una pastilla para la resaca por favor.

Asiento, volteando lo más rápido que puedo y alejándome de él. El botiquín está en la cocina. Me detengo en seco.

Maldición.
Bajo los escalones sin pensar en lo que voy a hacer al verlo, teniendo aún más curiosidad que antes por su vida, teniendo en cuenta de que todo volvió a ser como antes lo era antes de iniciar nuestra relación. Teniendo en cuenta que lo que ha hecho en mi desaparición me destrozará el corazón.

Al abrir la puerta de la cocina, no dudó ni un segundo más y entro, encontrándome con Ethan sentado comiendo panqueques mirando su celular entretenidamente, y con Lisa, tendiendo la ropa que acababa de lavar del señor Blair.

¿Dónde está Ross?

–¿_________?
Pregunta Ethan al verme entrar,

Trato de hacerme la sorprendida y le lanzo una sonrisa sin decirle nada más. Me dirijo al botiquín con el paso más rápido que puedo y lo abro.

–Ross se va a poner muy feliz al verte- me dice, se levanta de la silla en la cual está sentado y se acerca a mí tan rápido como un rato de montaña– No haz cambiado nada... no sé si lo sabes pero Ross te estuvo buscando como un loco cuando desapareciste, quedó devastado, no es por hacerte sentir mal, pero lo hiciste sufrir mucho, si tenías otros intereses pudiste no haberlo ilusionado tanto _________, además, bueno, solo seré honesto, no quiero que te enfades, pero si querías solo un polvo pudiste haberte fijado en otra persona en lugar que...

–Por favor señor, deje de molestar a _______- me defiende Lisa, acercándose de inmediato tras escuchar las palabras de Ethan– No le puede faltar el respeto de esa forma, ella no le esta haciendo nada.

Trago saliva.
Y sigo sin levantar la mirada por nada del mundo, sintiendo el ardor en mis mejillas y aguantando las lágrimas que quieren salir de mis ojos.

–Solamente le estoy diciendo mi opinión respecto a lo que pasó hace unos años- se defiende muy tranquilo– ¿Ella también trabaja aquí? ¿por qué usted está vestida en traje de limpieza y ella en ropa de calle? bueno- ríe– Ya me imagino lo que estará haciendo con el señor Blair para tener un tipo de preferencia.

Puedo sentir un golpe fuerte, el impacto de una mano y una mejilla mientras nuevamente, una lágrima cae tras otra sobre mi mejilla. Evito voltear, no quiero que ese idiota me vea llorar.

–¡Sí yo estoy con uniforme y ella no, a usted no le incumbe!- exclama Lisa, alterada– ¡Ella es como una hija para mí y no dejaré que le falte el respeto!

Suspiro.
Queriendo desaparecer en ese preciso momento, recordando todas esas veces en las que me veía con Ross a escondidas de su familia.

¿Por qué tuve que hacerlo?
Ethan tiene toda razón al pensar eso de mí. Hasta yo lo pensaría si Ivanna fuese la que se hubiese enrrollado con mi padre.

–No tiene por qué llegar a la violencia señora- sigue Ethan, al parecer alejándose de nosotras, Lisa pone de una de sus manos sobre mi hombro– Gracias por el desayuno.

Y seguido de dar algunos pasos, al parecer se retira de la cocina, volteo de inmediato y comienzo a llorar, sin poder contenerlo más.

–Tranquila.
Susurra Lisa abrazándome, y acariciando mi cabello.

–Gracias por defenderme- susurro– En serio, muchas gracias, perdón si me pongo así, no sabes lo difícil que es para mí volver a ver a Ross luego de todo lo que pasado.

–No tienes porque justificarte- me dice– Tranquila.

Mala fama | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora