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¡Segunda parte de Amor entre Albinos!
¡Gracias por todo el apoyo que le disteis a la primera parte!
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Actualización: Lenta
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Shu Kurenai y Tn Yam...
•°•°•» {Capítulo III} «•°•°• •°•» {Una ola de problemas} «•°• •°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°
Tn: *Corre hacia él* ¡Shu! ¿Qué te ha pasado? Tienes toda la camisa ensangrentada.
Shu: No es nada, solo me ha sangrado la nariz pero muy fuerte.
Tn: *Preocupada* ¿Estás seguro?
Shu: Sí, no te preocupes... Voy a la habitación a cambiarme de ropa...
Tn: ¿Seguro que no quieres nada?
Shu: Tú tranquila...*Cierra la puerta de la habitación y se tumba en la cama* A ver, cómo soluciono esto...
Tn: *Desde el otro lado de la puerta* Shu, te he preparado un baño. Sal pronto y cena...
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Shu: Está bien, ahora mismo voy...
Comencé a desvestirme y vi que las manchas moradas estaban aún ahí, ocupando más sito en mí espalda y parte de mis hombros. Tenía varios problemas, tampoco sabía cómo ocuparme de ellos. Cogí el albornoz y fui rápidamente al baño sin que Tn me viera. No quería que ella se enterará. Cuando termine de bañarme fui en dirección a la cocina donde se encontraba Tn, comiendo con la mirada baja.
Shu: *Se sienta* ¿Te pasa algo Tn?
Tn: *Niega con la cabeza* No, no me pasa nada...
Shu: ¿Segura?
Tn: *Asiente con la cabeza y la mirada baja*
Shu: *Coloca sus manos en las mejillas de Tn para poder ver su cara* Tn...
Tn estaba con los ojos humedecidos, mientras que otras lágrimas volvían a salir.
Tn: *Sollozando* Shu... No quiero que me hagas sufrir...
Shu: *La abraza y la acaricia el pelo* No me pasa nada, Tn... Estoy perfectamente...
Tn: *Le golpea en el pecho no muy fuerte* ¡Mentiroso! Deja de mentirme...
Shu: *La agarra de las muñecas* ¡Es suficiente!
Tn: *Se levanta de su asiento deshaciéndose del agarre de Shu* Hasta que no me digas lo que te pasa, no me vuelvas a dirigir la palabra... *Sale de casa cerrando la puerta de un golpe*
Shu: Tn...
De repente, note como mí cara se humedecía por las lágrimas que brotaban de mis ojos. Intentaba secarlos pero no surtía efecto alguno. Se había ido, la persona que más amaba se había marchado delante de mis narices. Intenté calmarme pero nada me podía tranquilizar, fui directo a la cama mientras que agarraba con fuerza las sábanas.
