Marionetas pensantes 1

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A inicios del siglo 22, el mundo alcanzó su mayor desarrollo tecnológico y social. El auge de los avances tecnológicos fue tal que se bautizó como el siglo de la revolución tecnológica. Las naciones en subdesarrollo que no se unieron a las potencias mundiales se hundieron con las demás poblaciones del 3er mundo, mientras que los países más poderosos acogieron los restantes creando un estado de entropia mundial. La tierra había alcanzado su potencial ideal. Todas las naciones permanecían en paz, pues llegaron a la conclusión de que cualquier intento de guerra destruiría el mundo.

Con el tema de las armas biológicas de lado, las investigaciones científicas se tornaron hacia el estudio del cerebro humano. El debate de si somos autónomos o simplemente seguimos instrucciones previamente programadas ha perdurado desde la antigüedad, multiples estudios y debates científicos se llevaron a cabo con dicho fin en mente. Sin embargo, no se había tenido respuesta concluyente de ninguno de estos.

Mi nombre es Nicolas Karageorge, profesor de neurociencia en el instituto tecnológico de Massachusetts desde hace 20 años. He dedicado mi vida al estudio del cerebro. Comencé a desarrollar mi teoría de la autonomía humana a los 21 años, luego de haber terminado mi PhD en neurociencia. Con base en esta teoría me dispuse a desarrollar un proyecto de investigación que se basa en la conjetura de si realmente somos seres autónomos o estamos programados para responder de cierta forma conforme a las condiciones que se nos presenten. He dedicado todos mis esfuerzos a esa investigación desde entonces.

Luego de largos años de trabajo, estaba a punto de probar mi teoría, pero la investigación fue abruptamente cancelada por la universidad luego de que se levantaran advertencias por el concejo de ética, los cuales alegaban que dicha investigación podría ser peligrosa para los sujetos de prueba. Aunque estaba claro que sus objeciones se debían al temor que les producía los resultados que pudiera arrojar. Nadie quiere escuchar que somos producto de de un set predeterminado de opciones, nos gusta tener el control, o al menos la ilusión de que controlamos nuestro futuro.

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