Prólogo

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Desde el descubrimiento del Fuego al primer paso en la luna, el hombre siempre ha querido ir más allá de los límites. Es como si encendieramos una luz en las tinieblas; mientras más grande el área iluminada, más nos damos cuenta de lo mucho que nos falta por descubrir.

Luego de la segunda guerra mundial inmediatamente inició una tercera guerra mundial fría. Empezamos a espiarnos, a desarrollar armas, cada una más poderosa que la anterior. Sobreutilizamos los recursos naturales a nuestro favor, a fin de alcanzar el mayor desarrollo en potencia.

Nuestros incontables intentos de hacernos más longevos y poderosos a través de la ciencia, nos ha convertido en máquinas de autodestrucción. Hemos llegado al punto de no retorno.
¿Cómo es que una creación tan perfecta llegó a echarse a perder a sí misma?

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