Beautiful Smile

Una Peculiar Sonrisa Gatuna.

— ¿Por qué hay tantas personas un jueves? — Preguntó algo enojado Lector tomando los cafés y poniéndolos en la bandeja.

— Tú sólo sigue sonriendo y atendiendo. — Dijo Wendy tomando las bebidas y magistralmente desapareció.

— Admiro mucho a P' Wendy. — Susurró Lector suspirando.

— Ánimo, Lector-san. — Murmuró Asuka desde la cocina.

Cuando llegaron al local, todo estaba relativamente tranquilo, luego de las 6:00PM todo se alborotó. Lector sólo desea que la hora rosa pase rápido. El peli-rojo se encargó de sus mesas y se sorprendió cuando encontró a dos chicos de su escuela. Los atendió como si nada continuando con lo suyo.

— ¿Ya se va, P' Wendy? — Mentiría si dijera que no estaba asustado. La chica que cubre el turno de Wendy es una novata. No puede tener la misma capacidad de Wendy de atender tres pedidos al mismo tiempo.

— Lo siento, Lector-kun. Debo presentar un examen. — Dijo Wendy saliendo apresurada. — ¡Adiós, panda!

— Moriré. Moriré. ¡Dios, dame fuerzas! — Murmuraba buscando sus pedidos.

Para desgracia de Lector, la suplente de Wendy no pudo venir. El peli-rojo quiere llorar justo ahora. No puede con tantas mesas, y algunos clientes se estaban quejando por no tener sus pedidos.

— Creo que debemos irnos.

Lector entró en pánico, pero escucho el sonido del cristal tocar la madera. Volteó encontrando a Asuka.

— Lamentamos la espera. Sólo hay dos meseros hoy. — Dijo dándole una reverencia. Ellos sólo agradecieron por sus pedidos y Asuka siguió repartiendo alguno de los pedidos atrasados. — Te ayudaré por hoy. No le diga a Juvia-dono.

<<Le diré para que te pague horas extras>>, Pensó Lector sonriendo agradecido y ambos siguieron batallando hasta que la hora rosa terminó.

— Señorita, ¿puedo hacerle una pregunta?

Asuka volteó extrañada, encontrando a un chico de un inusual cabello azul celeste, corto y desordenado, pero su flequillo lo orienta a la derecha. Su piel es bonita y tiene varios lunares en su rostro. Aretes largos a pesar de ser un chico. — ¿Pasa algo?

— ¿Usted hizo estos baozis? — Preguntó señalando los pocos que quedan.

— Ah... sí.

— ¿Cómo logras que queden así? ¡Mi madre no logra y nosotros somos de China!

Asuka le dedicó una débil sonrisa. — Tuve una buena maestra.

La primera vez que entró en la cocina no fue ajetreado. Juvia se tomó lo justo y necesario para enseñarle meticulosamente cómo hacer todo. Fue como aprender a cocinar con su madre. Como era, y es, una gran dibujante, los dibujos en los cafés y pasteles se le facilitan mucho,

— Con permiso. — Asuka le dio una reverencia y se fue ante la atenta mirada del peli-celeste.

— Si yo mido un metro setenta y tres... ¿cuánto mide esa chica?

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— Entonces, ¿te mudarás con Romeo-san? — Cuestionó al día siguiente Lector viendo a su amiga.

— Cuando le dije que sí, él sólo me dijo que comenzáramos a guardar nuestras cosas. Que el fin de semana nos mudaríamos.

— Pandita, eso parece planeado con anticipación.