Cuando te vi

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Aún no lo puedo creer, ya pasaron 5 años y no puedo creer que seas mío, recuerdo el día que te vi, recuerdo lo que sentí la primera vez que logre percibir tu aroma, no podría equipararlo con ninguna otra situación en mi vida.



Yo estaba de camino a la casa de mis padres, después de que empezara mis vacaciones, me bajé del colectivo y ahí lo sentí, no podía sacar el asombro y la intensa necesidad de buscarte, quería verte, ese aroma era suave, se notaba que había pasado un poco de tiempo de que pasaste por esa zona, pero mí instinto me obligó a buscarte, a mi lobo lo sentí más vivo que nunca para rastrearte y encontrarte. Con mis pupilas totalmente dilatadas, mi pulso acelerado y la adrenalina invadiendo mi cuerpo empecé a olfatear, caminando con un paso acelerado en un camino que no habituaba hacerlo.

Ese barrio era donde yo crecí en mi infancia, pero las esquinas ya las deje de reconocer, no había recuerdos nostálgicos en esa zona, sólo tu olor, ese inconfundible olor a moras, canela y menta; era fresco, era dulce, era único, con todas las variantes en un equilibrio super armonioso para mí, en ese momento sentí como mi lobo se apoderaba de a poco de mi cuerpo, ¡Por la diosa Luna! ¿Dónde estás? se que me estoy acercando, lo se, tu hermoso perfume natural lo siento cada vez más fuerte ¿Dónde estás? se que es por acá, mi luna, mi hermosa luna, se que te amaré al momento de verte, pero necesito encontrarte para eso, toda una cascada de pensamientos era lo único que tenía en mi cabeza en ese momento en el que te estaba buscando.

Una cuadra, dos cuadras, una esquina, cinco cuadras, otra esquina, por cada paso que daba sentía que mi pulso y mis pasos se aceleraban cada vez más y más, hasta que estuve en la entrada de un subte, me dispuse a bajar, los olores se multiplicaron e intensificaron, pero el tuyo no lo pierdo, ni yo ni mi lobo nos permitimos perderlo, se que estás cerca, ni me fijé de que línea es la parada a la que me dirigí, pero llegué, entre más y más personas pasó, bajé mi velocidad porque sabía que estabas ahí, yo en ese momento estaba seguro de ello.

Y de la multitud logré llegar a un espacio un poco más despejado, te vi, te encontré sentado en la banca con tu celular en mano, revisando lo que sea que te tenía concentrado, ¡Por la diosa Luna! solo la palabra hermoso se cruzó y se instaló en mi mente, no lo podía creer, la diosa me dio un chico como pareja. 

¡pero qué chico! de unos hermosos rasgos de un rostro largo y anguloso, y una nariz que encajaba a la perfección, cejas gruesas y ojos profundos pero que se destacaban por el hermoso color celeste al igual que el hielo, tu pelo no lo pude ver bien en ese momento porque llevabas un gorro, que más que funcional era puramente estético. Y en el momento que apreciaba unos finos labios pero tan tentadores como el mayor pecado, fue cuando vi el movimiento de tu nariz al olfatear, levantaste la mirada, y fue cuando pensé ya lo sabe, mis ojos se posaron en los tuyos y me ahogue en ellos, el tiempo se paró, ya no había más gente ni nada, éramos tu y yo solamente, mi corazón latía de una forma tan fuerte que sentía todo mi cuerpo vibrar, a mis pulmones les costaba trabajar y mi boca se secó.

No sé cuanto tiempo pasó, pero una señora mayor parece que se percató de la situación y me dio un empujoncito en la espalda y me susurra un suave "ve", sólo eso fue necesario para que acortara la distancia sin soltar tu mirada, y arrodillarme ante ti, solo pensando en lo hermoso que sos. Sin quitar mis ojos de los tuyos me fui sacando el reloj pulsera que tenía puesto y te lo ofrecí, para cuando te das cuenta tus nervios son mucho más visibles y solo logras te dar unos sonidos tartamudeando.


_ Te ofrezco este reloj, como ofrenda para que me permitas cortejar te _ ante lo que había dicho, me dio gracia que fueras capaz de abrir más tus ojos y expresaras una sorpresa mayor, y para cuando parece que lograste procesar la información, un sonrojo que me cautivó más de tu belleza apareció y se mantuvo presente, hasta que vi que sos vos quien da el siguiente paso.

Mi luna, my sunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora