Estoy nervioso, no sé cómo sería la forma correcta de dar tal noticia y de los nervios sigo dando vueltas en la sala de estar, ya no podía estar más sentado, necesitaba pararme y "caminar" un poco. Se que en parte acordamos que es algo que ambos queremos, pero después de tanto tiempo, después de tantos intentos... vuelvo a ver el sobre de madera en la mesa ratona, y junto a este una cajita blanca de cartón. Por la diosa Luna, quiero llorar de felicidad, se que te hará también feliz, pero aún así tengo miedo.
Vuelvo a ver el reloj por deseaba vez y mi pulso se vuelve a acelerar, sé que dentro de poco llegarás del trabajo.
Ya son más de tres años viviendo juntos y nuestra rutina siempre mantiene ciertos patrones que me encanta; como el que todos los días siempre cenamos juntos,a menos que sea algo importante y siempre nos mantenemos al tanto de ello, o el que mínimo una vez por mes nos dedicamos todo un día a mimarnos juntos, o que para nuestro aniversario vamos al refugio natural donde me pediste matrimonio de la forma más romántica y vergonzosa de la vida,¿Cómo es que no nos dimos cuenta del público que teníamos? Era prácticamente toda una familia y una pareja grande, más alguno que otro guardia de seguridad. ¡Ay!, Luna, me acuerdo y me sonrojo otra vez.
Y aún a pesar de todo estamos aquí, a lo que es el tercer día más nervioso de mi vida. El primero fue cuando apareciste en la parada del metro y me pediste cortejo obsequiándome un objeto, eso hizo que casi me desmayara, porque hasta ese momento yo creí que estaría con una alfa, nunca imaginé que mi compañero sea un hombre, aunque a primera vista no tenía con qué quejarme si somos sinceros.
Fue un día típico y usual para mi, ya estaba en vacaciones y estaba organizando con unos amigos un viaje de casi una semana a un camping con cabañitas que podíamos alquilar, en una ciudad en las sierras y arroyitos. Vacaciones de verano, ¿qué mejor lugar? que ir a un lugar verde con agua fresca y toda la aventura que implica el viaje con amigos.
En ese momento sólo estaba revisando lo que tendría que preparar para el viaje hasta que sentí un aroma que logró pasar y distinguirse ante todos los demás, fue como estar en un lugar apretado de gente y de golpe aparece alguien que dice: disculpen, acá estoy llegando YO, ábranme paso, pero ¡YA! No tuve que ser un genio para saber de quien era ese aroma a madera, café y naranja, no sabría decirlo como, pero era esa mezcla de aromas, hecho de tal manera que me invitaba a ahogarme en su dueño.
Para cuando levanté la vista pude ver dos grandes ojos color miel, super curiosos a mi parecer, que contrastaban con una piel morena acanelada y pelo negro liso, casi lluvia me atrevería a decir, un rostro super masculino con un mentón fuerte, prácticamente cuadrado, y una nariz que sólo realzaba el atractivo de su perfil, no sé cuanto tiempo me quedé viéndote, que sólo salí de mi estupor cuando veo que te acercaste a mí y te arrodillaste, y yo sin poder creer que este monumento masculino me estuvo dedicando una mirada llena de admiración -si es que no llegó a haber amor de por medio- y es cuando te escucho hablar.
_ Te ofrezco este reloj, como ofrenda para que me permitas cortejarte _ ¿Qué acaba de decir? ¿Me está pidiendo cortejo? Si, lo hizo ¿Lo hizo? Y me está ofreciendo su reloj, ¡OH POR LA DIOSA LUNA, ME ESTÁ PIDIENDO CORTEJO CON UN RELOJ!
Para ese punto de la máxima sorpresa pasé a una vergüenza inimaginable, sentí toda mi cara arder como si tuviera fiebre, oh por la gran diosa, ¡No lo pude creer! Me pidió cortejo con la esperanza de ser parejas de por vida, sentí que me moría de miedo y felicidad, mi pulso estaba totalmente alterado, no sé si se notó en ese momento, espero que nadie lo haya notado, pero seguro que me daban un vaso con agua ese día y chorreaba todo.
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Mi luna, my sun
RomanceUna historia corta y genérica de romance entre los dos personajes principales, un alfa y un omega, con la única función de que te desconecte momentáneamente del mundo real.