Hola, lamento llegar tan tarde pero he estado demasiado ocupado y también necesitaba descansar. Pero aquí estoy, listo para contaros el capítulo más triste de esta historia.
Realmente me he saltado muchas cosas de los meses anteriores pero no os preocupéis porque todo era como en una relación normal.Todo empezó cuando Alex se sentía triste, cada día, se volvió inseguro y no dejaba a Rachel que se acercase demasiado a "su mundo interior" por miedo a herirla.
Alex: Hey.
Rachel: Hey, qué tal?
Alex: Bueno... algo mal y tú?
Rachel: Qué te pasa?
Alex: Da igual, es una tontería.
Rachel: No lo es, qué te ocurre?
Alex: Sólo me siento mal conmigo mismo, y estoy cansado... eso es todo.
Rachel: Qué ha pasado?Alex no se abría completamente a Rachel, a pesar de todo este tiempo juntos. Era incapaz de mostrarle realmente como se sentía, así que Rachel lo siguió intentando durante meses hasta que un día se hartó.
Alex: Estoy cansado de que hablemos de horas en horas, el día ha sido una mierda y me habría gustado saber de ti y hablar... o lo que sea.
Rachel: Alex... no puedo seguir así... me gusta alguien más.
Alex: ... qué?
Rachel: Podemos ser amigos...?
Alex: No puedo ser tú amigo después de todo esto...
Rachel: Por favor...
Entonces esa fue la primera ruptura de Rachel y Alex. Pero lo que realmente fue duro es lo que pasó dos días después.
Alex: Te quiero...
Raquel: De verdad... tanto te cuesta ser mi amigo?
Alex: Pues sí porqué yo te quiero e imaginarte con otra persona en tu vida me está destrozando por dentro. Estoy cansado de esta faceta mía pero no me atrevo a abrirme a ti porque me han hecho demasiado daño... te he perdido por mi culpa.
Rachel: Te he intentado ayudar pero no me dejas, siempre estás triste porque no haces nada para mejorar tu estado de ánimo, decides encerrarte en esos pensamientos negativos tuyos. Yo no puedo hacer nada, deberías ir a un psicólogo porque eso no es normal.
Cuando terminaron de hablar, Alex le hizo una canción a Rachel y se la envió. Entonces al día siguiente le respondió:
Rachel: Te crees que esto es un juego? Qué con una canción puedes cambiar lo que siento? Ya te lo he dicho, hay otra persona, si no puedes entenderlo entonces déjame en paz, estoy harta.
Alex: ... Entiendo, perdón, no te volveré a molestar nunca más.
Rachel: Adiós.
Alex: Adiós.
Y entonces se perdieron... no sabría decir si fue un error o simplemente necesitaban separarse. Ya que la historia no termina aquí, volverán y tanto que volverán pero os quiero explicar qué pasó en este año de ausencia.
Alex se rompió por dentro, todo ese lado depresivo desapareció y se volvió una persona que intentaba caer bien pero por dentro era frío y bastante insensible. El primer mes fue un infierno ya que tenía que asimilar el hecho de que Rachel ya no está, ya no hablará con ella, no volverá a saber nada de ella, simplemente ya no está en su vida.
El segundo mes la herida permanecía pero ya no dolía. Alex estaba cambiando, veía las cosas de otra forma, intentaba cambiar pero no se sentía cómodo, algo faltaba. La sensación de vacío era tan molesta que tuvo que distraerse con los videojuegos, haciendo ejercicio, saliendo con sus amigos... simplemente para olvidar que en el fondo está sufriendo porque echa de menos a Rachel.
El tercer mes ya se estaba recuperando, se quitó la pulsera que Rachel le había regalado porque cada vez que la miraba le recordaba a ella. Los días fueron aburridos y repetitivos pero su personalidad se volvió más distante aunque siempre fue amable con sus amigos.
Así estuvo varios meses hasta que un día decidió volver a ponerse la pulsera de Rachel, no os lo he dicho, pero desde que se la puso, cuando algo salía mal, abrazaba la mano en la que tenía la pulsera como un niño pequeño, shhhh.
Un día mientras Alex jugaba con su hermano, la pulsera se rompió. Empezó a buscar cada pieza para arreglarla y lo logró, solo que ya no se la podía quitar de la mano porque se rompería para siempre. Y una madrugada a las cuatro, decide escribirle a Rachel.
Pero eso os lo cuento luego, buenas noches.
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Serendipia
Teen FictionRachel y Alex son dos jóvenes que viven a unas ocho horas de distancia, debido a eso, la mayor parte de su día a día se suelen hablar por mensajes de texto. Un día deciden hacerse la promesa de que cuando sean mayores, romperán para siempre esa dis...