Capítulo 16

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Narra Christopher

Sólo el amor hace la paz

Sólo el amor hace la guerra.

Trague con dificultad un poco de café. No quería desayunar, no quería comer, no queria siquiera respirar desde que _____ se había ido.

Me hacia falta, la necesitaba y el pensar que jamás la tendría de nuevo me dolía.

Mire hacia la ventana, la lluvia seguía valiendo en la oscuridad de la noche como en aquel día en el que _____ desapareció por esa carretrra....

Una lágrima todo pro mi mejilla.

La había visto irse, y no pude hacer nada por ella, fui un inútil que lo único que logró fue que su partida sea más dolorosa.

Me frote las manos tratando de calmar el frío. Observe su ventana que se encontraba cerrada, desde hace siete semanas atrás. Me recoste en el sillón y me quedé recordando sus besos, aquel suave contacto entre sus labios y los míos, aquel que tanto extrañaba.

La noche era la preferida de los vampiros. Les encantaba, pero para mi era otra triste parte del día la cual tenía que soportar estando sin ella...

Temible nervioso cuando la madrugada me golpeó, seguía haciendo frío como en el dia.

Me levanté del sillón y mire la ventana de _____. Cerrada. Tenía la esperanza de que algún día estuviera abierta y ella se encontrará en el marco sonriendome, y diciendo que nada había cambiado, que me seguía quería,que íbamos a estar juntos.

Sacudí mi cabeza tratando de eliminar esos pensamientos imposibles.

Me acerqué a la puerta y en cuanto puse la mano en el picaporte se escucho un estruendoso golpe. Me quedé congelado unos segundos por el miedo pero luego la abrí.

-¿Mamá? ¿Fuiste tu?- Grite en el pasillo.

Ella salió de su habitación y me miro.

-No. Te estaba por preguntar si habías sido tu.

Nos miramos asustados.

-Ven a mi habitación.- Ordenó ella y yo asentó encaminandome a esta.

Escuche los pasos apresurados de alguien corriendo por mi habitación, y el ruido de mi estante cayendo.

Volvimos a mirarnos con mi madre y juntos fuimos a mi habitación.

Al entrar nos encontramos con el estante en el piso, mi madre se apresuró a levantarlo.

Me quedé parado, inmóvil, cuando note que tanto los vidrios como las persianas de mi ventana estaban cerradas.

-¿Qué pasa?- Pregunto mi madre en cuanto vio mi rostro.

Yo le señale lo que estaba viendo.

-Estaba abierta.- Aclare.

- Tal vez la cerraste al acostarte.- Excusó mi madre.

-No, no, estaba abier...

-Ayudame.

Me interrumpió para que la ayude a levantar las cosas.

-Falta mi pelota de Baseball.- Anuncié.

-Bueno, tu eres muy buenos ese deporte, tal vez fue uno de los vampiros con los que jugaste al Baseball y le ganaste quien entró y te la quitó.

Me tranquiliza al pensar en esa idea.

-Si, tienes razón.

Cuando mi corazón estaba bajando su rostro, un fuerte golpe en la ventana se escucho y seguido de esto, un prolongado rasguño.

Mi Vecino Es Un Vampiro  (Christopher Vélez y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora