Serendipia [Bakugou Katsuki]

CAPÍTULO ÚNICO

N/A: Lean hasta el final, no se dejen engañar por la sinopsis.

No hay final feliz.

U n o

"Serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera accidental, casual o por destino, o cuando se está buscando una cosa distinta. También puede referirse a la habilidad de un sujeto para reconocer que ha hecho un descubrimiento importante aunque no tenga relación con lo que busca." 

12:30 pm

Bakugou Katsuki y Midoriya Izuku eran pareja. ¿Cómo ocurrió? Un auténtico misterio, pero de alguna extraña y retorcida manera, lo hacían funcionar. Ambos habían madurado, sobretodo Katsuki. Seguían siendo rivales, pero a escondidas amantes. Poco a poco, el rubio aprendió a reconocer los esfuerzos de su novio. De ver el trabajo duro que realizaba día tras día, y así, el aprecio fue transformándose en cariño, el cariño en amor, y con 17 años, finalmente, eran pareja. Bakugou seguía preguntándose qué es lo que vio Izuku en él, siendo que aún cargaba con recuerdos del pasado. El maltrato que le propinó a su –ahora– novio, no había desaparecido, pero tampoco es como que se culpara a sí mismo por aquello. Aunque reconocía que no era nada genial saber que con quién compartes besos y toques íntimos, alguna vez lo golpeaste e hiciste llorar hasta el cansancio. Aún así, no habían arrepentimientos.

Hoy era un día importante para ambos jóvenes. Bakugou finalmente le confesó a sus padres la inclinación sexual que tenía, y mientras su madre le propinaba un zarpazo por tardar tanto en decirlo, su padre se hundió en un mar de lágrimas por el momento familiar convivido. Mitsuki convenció a su hijo de traer al novio a casa, una pequeña cena nocturna para darle la bienvenida al nuevo miembro, celebrar el reciente romance, y de paso advertirle de no dañar a Katsuki o se las vería con ella. Claro que, en ningún momento, Bakugou dijo de quién se trataba.

2:44 pm

Mientras Mitsuki se había ido de compras con su esposo, Bakugou llamó a Izuku para informarle del molesto evento que se iba a realizar. La idea la había odiado al instante, pero aquella parte emocional que creyó perdida por su firme deseo de convertirse en el héroe número uno, le hizo desear invitar a su novio. Quiso patearse a sí mismo, pero al demonio, ya le estaba marcando.

— ¿Kacchan?

—Le conté todo a mi vieja —soltó seguido de un gruñido.

— ¿Qué?

—Y dice que vengas. A cenar. Hoy.

— ¡¿Hoy?! —Chilló contra el móvil —. ¿No te parece muy pronto?

— ¡¿HUH?!

— ¡Está bien, está bien! ¡Iré!

El corazón de Bakugou latió fuerte, pero se obligó a no pensar aquello. —Como si me importara —dijo finalmente.