Capítulo 10

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Nicole soltó con cuidado su agarre en la cintura de Megan, había anochecido, definitivamente habían perdido la noción del tiempo entre ellas. Sentía una presión en el pecho por volver a hacerle lo mismo a la fiscal, pero debía salir de ahí de alguna u otra forma y esta era su oportunidad.

La latina se levantó con cuidado, se puso una vez más su ropa y abrió la puerta que Megan había dejado abierta, recorrió la casa con cuidado tratando de encontrar alguna salida, las ventanas tenían seguridad y estaban enrejadas, era una maldita cárcel y las puertas solo se abrían con códigos. Megan hablaba en serio de que solo ella podría dejarle salir, pero definitivamente esto no debería ser un problema para ella. Con cuidado se atrevió a recorrer las habitaciones hasta encontrar el despacho de Megan encontrando su computadora, justamente lo que necesitaba para salir. Bajó al salón tratando de desbloquearlo mirando de vez en cuando el segundo piso, cuando por fin logró desbloquearlo escuchó el sonido de una madera.

—¿Qué haces? —Nicole miró a la mujer que reconoció en seguida, Hayley. Nicole se sentía paralizada. —¿Intentabas escapar?

—Yo... —Nicole se quedó muda, analizando las opciones que tenía, podía obligar a Hayley para que le dijera los códigos, pero solo bastaba un grito para que Megan despertara y seria su fin. —Yo... tengo que irme.

—Oh, será mejor que subas antes de que Megan lo sepa. A ella definitivamente no le gustará nada de que le hayas vuelto a usar así, es muy desconsiderado de tu parte lárgate de esta forma luego de haberte acostado con ella. —Nicole solo desvió la mirada. —Sube antes de que despierte.

—Es tarde. —Megan bajó las escaleras con su ropa interior y su camisa, su mirada fría observaba a Nicole quien le miraba arrepentida. —No puedo creer que he vuelto a caer en tu juego.

—Puedo explicarlo. —La latina se adelantó mientras la veterinaria miraba la escena algo incomoda.

—Volveré a mi habitación, supongo que nos vemos, Nicole. —Hayley subió rápidamente y Megan se fue a la cocina para prepararse un café.

—Lo lamento, Meg. —Nicole le siguió a la cocina. —Entiende mi situación por favor, solo quiero proteger a mi familia, te juro que me entregaré luego de todo. —La rubia le tendió una taza de café y ella se quedó confundida, pero de todas formas bebió un poco.

—No puedo confiar más en ti, Nicole.

—Lo sé y lo entiendo, pero por favor no lo hagas por mí, sino por Valery.

—Irás a buscar a Steven y lo mataras, o eso intentaras. —Megan tomó asiento en uno de los muebles de cocina. —Es eso lo que harás, ¿No?

—Bien, sí.

—No puedo dejarte hacer eso, él te matará y en este momento me gustaría que lo hiciera, pero no puedes irte sin cumplir algún castigo por todos los crímenes que has cometido. Dejarte ir una vez más sería el peor error luego de haberte creído.

—Todo lo que dije, lo dije en serio. —Nicole se iba a acercar, pero empezó a sentirse mal, dejó la taza de café a un lado. —Megan, ¿Me has drogado?

—Tú me rompiste el corazón, creo que quedamos a mano. —Nicole sintió su cuerpo pesado y antes de caer al suelo inconsciente, Megan le tomó para evitar que se golpeara. Con algo de dificultad volvió a subirle y le ató, esta vez con mayor seguridad.

—El sedante le dejará dormida por horas. —Hayley se asomó por la puerta. —Quizás un día, es bastante delgada. —Megan solo le dio una mirada. —Lamento que haya vuelto a pasar.

—Debí imaginármelo.

—¿Aun crees que es una buena idea? —Ambas amigas se miraron en silencio.

—No, la verdad es que no. Creo que debería llamar a la policía y volver a Estados Unidos para atrapar a Steven.

—También existe la policía en Estados Unidos, Meg.

—Sí, pero no fueron capaces ni siquiera de encontrarla a ella.

—Megan... —Se giraron a mirar a Nicole que parecía algo ida.

—¿Me estas jodiendo que ella tiene resistencia a las drogas? —Megan exclamó.

—Quizás debiste darle un poco más.

—Le di lo máximo de la dosis. —Megan vio a Nicole que parecía volver a quedarse dormida, pero ella luchaba contra eso.

—Llamaré a la policía. —Hayley sacó su celular y antes de marcar las dos mujeres quedaron sorprendidas al escuchar a Nicole.

—Beatrice, perdón... —Megan notó las mejillas sonrojadas de Nicole. —Beatrice... —La rubia tocó la frente de la latina que estaba ardiendo.

—¿Esto es normal?

—Su cuerpo está tratando de sacar las drogas, creo que es normal.

—Creo que deberíamos procurar de que ella este mejor o será sospechoso para la policía. —Hayley asintió.

—Iré por unos paños fríos.

Stephen jugaba con su muñeco para manejar el estrés, veía la pizarra con todas las posibilidades, no tenían noticias de Nicole, la chica había desaparecido sin dejar un solo rastro desde su viaje de negocios. Los hombres de Alberto trabajaban en Estados Unidos buscando a la latina, pero aun no había noticias, ni tampoco algún mensaje por parte de Steven.

—¿Alguna idea? —Shannon le preguntó al hombre quien solo negó.

—Ella definitivamente supo escapar de nosotros. No la encuentro en videos de la cámara de seguridad del aeropuerto, no he conseguido acceso a los días anteriores aun, pero creo que no nos servirán de mucho.

—Debemos encontrarla antes de que por su inconsecuencia muera, sabemos como se pone con todo este asunto, sobre todo con el estrés que lleva por el asunto de Megan. —Entonces ambos se miraron.

—Megan. —Dijeron los dos a la vez.

Al día siguiente ambos se encontraban fuera de las oficinas de los fiscales, pero le vieron entrar como si nada y esperaron horas por ella, pero no parecía nada extraño en ella. El error que habían cometido fue dejarle de vigilar cuando no encontraban a Nicole, ahora Megan parecía tener su vida como siempre, lo cual era solo una pantalla, pues había pensado cada cosa y cada remota posibilidad de que Shannon y Stephen le siguieran, incluso alquilar otro departamento.

Shannon entró a su habitación desesperada, no podía permitirse perder a Nicole por su falta de capacidad así que luego de mucho tiempo decidió volver a su trabajo y esta vez con una misión clara, encontrar a Nicole cueste lo que cueste. Lo que ninguno notó, es que la joven abogada había pasado a una tienda por un montón de botellas de agua. 

The ThiefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora