[Deprezofrenia] »Min YoonGi« /CANCELADA

12

Sissy se va de la habitación, con los ojos aún humedecidos y amenazando con llorar en cualquier momento. Una vez afuera mira a todos lados, no quería seguir ahí, por lo menos no ese día. Y su hora de trabajo ya había acabado. 

Se dirige a su pequeño locker, dispuesta a sacar su mochila de ahí y marcharse antes que la vean tan vulnerable. 

Pero alguien se lo impide. 

—Sissy... ¿estás bien? —Jonnathan sujeta suavemente su brazo para que voltee a verla. 

Ella está sumergida en su locker, no quiere sacar la cabeza de ahí porque sabía que estaba llorando y no quería que aquel chico la viera. 

—Sissy, me preocupas...—vuelve a hablarle pero sin dejar de sujetar su brazo. 

Finalmente se anima a salir de su caparazón, con los ojos y nariz roja, y mejillas coloradas. 

Jonnathan se sorprende por cómo luce, pero no hace ni un comentario al respecto. 

—Sissy... —sabe que ella está mal, pero no sabe porqué o por quién. Y mucho menos sabe que hacer. 

No pasan cinco segundos cuando tiene a la morena aferrada a su pecho mientras sigue llorando con más fuerza.

Ella sabía que estaba mal hacerlo, por Dios, lo conoció hace a penas unas horas y ella ya estaba llorando frente a él. 

Pero no lo importaba, en absoluto, sólo quería que alguien la abrazara y la consolara. Porque estaba devastada. 

Flashback

Sissy;

—Te quiero, Min. —prosigo, sin dejar de sujetar su mano. — no sabes cuanto, espero que algún día me anime a decírtelo cuando estés consciente. 

Nunca hubo respuesta. 

Solté con cuidado su mano, y lo dejé sobre su abdomen. Me senté a su lado, en silencio, viendo lo increíblemente mal que lucía.  

No sólo tenía los cortes en los brazos, también algunos rasguños en el rostro que deduzco que él mismo se hizo. 

Imaginarlo haciendo todo eso, y yo sin poder impedirlo me llenaba de frustración, desearía haber podido estar en ese preciso momento para que no lo haga, para hacerle entender que es lo suficientemente fuerte para dejar aquellos pensamientos de lado. 

Pero no lo estuve. 

Sin darme cuenta vuelvo a tener los ojos llenos de lágrimas pero ésta vez no me contengo, lloro todo lo que tengo que llorar, tratando de acallar cualquier ruido que pudiese provocar.  

Era hora de irme, o sino lograría despertarlo con mi llanto. 

Vuelvo a pararme a su lado, tomo uno de sus mechones entre mis dedos, y lo peino con suavidad, mis dedos pasean con cuidado en su rostro, mejillas, nariz, y frente.

Dudo si hacerlo o no, pero agarro valor de cualquier parte y me acerco lentamente hacia él, quien aún está inconsciente. 

—Perdón por esto —murmuro muy cerca de sus labios, para finalmente terminar de acortar la distancia entre nosotros con un beso. 

Uno muy rápido pero necesario para mi alma. 

Él no se inmuta, sigue igual que cuando llegué. 

Las ganas de llorar en mi pecho crecen a pasos agigantados. 

No tenía nada más que hacer ahí, era hora de irme. 

Me dolía saber que lo más probable es que él nunca sepa todo lo que le dije y que lo besé sin su consentimiento.  Ya que de alguna forma de aproveche de su estado. Pero dolía más verlo en ese estado. 

Fin del Flashback