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7 a.m, Nueva York.

Me acababa de levantar para prepararme para el trabajo, como todos los días a las ocho y treinta, en la cafetería "El olvido", una rústica, y de estilo antiguo, donde lo esperaba su jefe.
Salió de su cama, mientras se fregaba los ojos yendo al baño, para lavarse con agua la cara.
Vio su rostro al espejo, como siempre para acomodarse. El era un chico de pelo negro, y ojos marrones, y labios gruesos, un chico común, ni de ojos claros o pelo rubio.

Por fin entrando a la cafetería, se dio cuenta que habían muchos clientes, y bueno, estamos hablando de Nueva York, muchas oficinas rodeaban el bar, pero esta vez, parecía a ver el doble de lo acostumbrado.

Caminó hacia su amigo, este estaba exhausto.

-Hasta que llegáis chico.-Lo miro con alivió.

-¿Por qué hay tanta gente Logan?

-Parece que le cerraron el bar a nuestra competencia, porque una mujer encontró una cucaracha en su postre, ¿que bajo han caído no?

-¿Escuchaste Kheit? Si hay más clientes, quiere decir que nos pagarían más, y podrás pagar la escuela a la que quieres ir-Dijo Yasmin, con una sonrisa en su cara.

-¡Increíble!

-Chicos a trabajar, miren la fila de clientes.-Todos asentimos con la cabeza y seguimos nuestro trabajo.

La tarde paso rápido, pero hoy haría el turno de noche, eso quería decir, quedarse hasta las dos de la mañana. Platos iban y venían, llenos de comida, y luego vacíos.

-Buen trabajo chico, puedes irte a tu casa ya-dijo el cocinero, también encargado de los meseros. Él era un señor gordo, con un bigote peculiar, pero era muy buena persona.

-Gracias, buenas noches Roodf.-El contrario sólo sonrió en manera de despedida y siguió cerrando el bar.

La noche era hermosa, hacia frío, pero el cielo era claro, sin una nube, entonces se podían ver todas las estrellas.
Kheit odiaba medir un metro sesenta, era la burla de muchos en la escuela, todos sus compañeros superaban el metro setenta y cinco, y tenían cuerpos marcados, el solo era un flaco y enano, para nada llamativo. Y siempre por su cabeza, esa voz llamada "mente" decía, "Las chicas me ignoran total mente cuando pasó al lado de ellas, es como si no existiera, no les resulto atractivo, ¿y como podría resultarle atractivo?, si no podría ni protegerla con estos débiles brazos"
Mientras pateaba una lata sintió que lo tomaban de el hombro, y después un impacto en la cara, lo dejo inconsciente.

1:45 a.m, Nueva York.

-Esta noche tenemos que hacer algo que no hayamos hecho nunca Mike.-Dijo el rubio, de más de metro setenta y nueve a su amigo, de pelo marrón, de su misma altura, con el mismo cuerpo que el, musculoso.

-Si Peter, ¿pero qué?-Dijo arqueando su ceja, y dando una mirada llena de curiosidad a su amigo.

-Ya sé-Casi grito su amigo- Podemos secuestrar a la primer persona que nos crucemos, no sé, ¿Violarla?-Ambos estaban bajo el efecto del alcohol, pero a lo que podía llegar eso.

-Bien, ¿pero quien va a estar en la calle a esta hora?

-No importa, vamos a ver que nos encontramos- Tomo los últimos sorbos de vodka de su vaso, y salieron del departamento.

Ambos caminaron hasta un callejón, esperado que alguien pasará, y atacarlo por la espalda.

-¿Y?¿Viene algo interesante Mike?, Ya empiezo a tener sueño-Dijo lo último bostezando

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