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14:00 p.m,  Nueva York,  Departamento de Mike y Peter.

—Mike, despierta, vamos—Susurro el rubio.

—Shh, dejame dormir.—bufo.

—Mike, follamos a un chico—sus manos empezaron a temblar, mientras observaba el chico dormido—Si mi padre se entera de esto me matará,  Dios mío.

—¿Qué?—En ese instante notó que a su lado estaba un chico, con todo el cuerpo rojo, con chupones y arañasos.—Carajo, no no fue eso.—dijo mientras se tiraba de los pelos.

—¿Qué?¿Cómo que no fue eso—Empezó a caminar como un loco por la habitación,  mientras copiaba el gesto de su amigo.

—No lo follamos, lo violamos, Dios, ¿No te acuerdas de lo que sucedió anoche?—empezó a temblar—¿Esta vivo?,  Dios,  mira su cuerpo, ¿Que mierda le hicimos? ¿Que mierda hicimos Piter?—Empezó a deseperarce.

—¿Cómo vamos a solucionar esto?-empezo a sollozar.—¡Tomale el pulso!—El contrario solo se quedó en su lugar,  mirando a la nada, estaba shockeado—¡Dios Mike reacciona,  y pon tus malditos dedos en su cuello!

Mike apoyo sus dedos en el cuello lleno de chupones del chico,  buscando el pulso,  este era muy débil.

—Esta vivo,  pero miralo,  esta destrozado.—Buscó su ropa en el pizo y se la puso.

—¿Que haremos?—Dijo el rubio,  ya quieto,  mirando directamente a Mike.

—Emm, no lo sé  penso—So-solo, vamos a esperar que se despierte, lo amenazamos, con las máscaras puestas, obvio, y lo dejamos ir, con un poco de plata, supongo que no dirá nada.—Pasame la máscara, y ponte la tuya, en cualquier momento se puede despertar. —Dijo ya más calmado— Eh intentemos calmarnos.

—Sí, tomá—Dijo mientras le tiraba la máscara a su amigo.

—Esto se queda acá, ¿me escuchaste?—Amenazo el castaño.—Somos muy jóvenes para ir a prisión.

—Sí—Asintió,  pero apenas lo hice noto al chico haciendo una mueca, como si fuera a despertar—Mike creo está despertando— ambos empezaron a ver cómo el chico, con lágrimas secas en su cara, empezó a removerse en su cama, y cuando aclaró su vista, empezó a rogar.

—Dejenme ir no diré nada a policía, so-solo por favor, no maten, tengo un gato que me espera.—Habló,  con en poco inglés que sabía.

—¿Un gato?¿y tus padres?—Pregunto el más grande.—¿Por qué hablas así?

—Murieron, sólo déjenme ir, no se que hice para que hagan esto, sólo déjeme ir—Rogaba con lágrimas en los ojos.—Yo estar Ruso,  por eso habló así.

—Ven—Dijo Mike a su amigo, y ambos salieron del cuarto para hablar en privado, en eso, Kheit notó el tatuaje de un fuego en su brazo derecho.

—Me da pena—Dijo el rubio.—Esta muy mal.

—Y que esperabas, lo violamos, arruinamos su vida, ¿No entiendes?, lo voy a llevar a donde viva, y le daré plata, tu te quedas acá, limpiando todo rastro.

—Esta- esta bien,  solo iré por unos cigarros—Dijo muy nervioso.

—Bien,  no tardes,  esto es nuestro problema,  no sólo el mío. —Dio un puñetazo a la pared—Somos unos hijos de puta,  Peter, No puedo creer lo que hicimos. —El otro sin palabra alguna para decir,  se marchó.

Cuando el rubio se fue, Mike entró al cuarto de nuevo, y vio al chico llorando, en la cama,  abrazado de sus delgadas y moretoneadas piernas.

—Deja de llorar, ven, te darás una ducha y te irás a casa, yo te llevo—El chico empezó a negar con la cabeza, mientras intentaba calmarse, y dejar de llorar.—Estabamos borrachos, te pido perdón, por mi amigo, y yo, sólo déjeme ayudarte.—Este negó, nuevamente, y Mike que era poco comprensivo, se acercó y lo cargo en su hombro.

—Dejame—Decía queriendo zafarse, y bajar del hombro del chico, pero no pudo, su cuerpo pequeño, y estaba por demás de débil, no podria contra el chico ni en sus sueños.
Cooper se dedicó a ignorarlo, hasta que lo dejo parado, adentro del baño, desnudo, y se encerró junto con él.

—Bañate, no te are nada, lo juró—El chico tembló un poco pero empezó a abrir las canillas y la bañera comenzó a llenarse.—¿No tienes ninguna infección verdad?—dijo queriendo saber si debía preocuparse o no.

—No—dijo casi en un susurro.

—¿Cómo te llamas?¿Cuantos años tienes?—pregunto.

—Me llamo Kheit, y tengo die-diecisiete años —Susurro.

—Mierda, Mierda y más mierda en mi vida, eres menor de edad.—Trago amargamente —De verdad, te daremos todo el dinero que quieras, pero no digas nada, yo tengo dieciocho, no quiero ir a prisión, nosotros contamos con mucho dinero, te podemos dar hasta plata mensual, pero no digas nada.—Kheit empezó llorar nuevamente—¿Que pasa?

—Me-me duelen las caderas, está bien, sólo quiero irme casa.

—Lo siento, te llevaré al médico, intentare inventar una excusa creíble—se sentó en el inodoro—¿Tienes alguien que te espere en casa, o fuera de ella?

—No, sólo mi ga-gato.

—Mierda, ¿Tienes hambre?, te llevaré a comer, después del médico, e iremos a tu casa, me quedaré contigo si eso gustas.—Mike no sabía que hacer con la culpa que sentía.

—Solo quiero ir a mi casa, y estar so-solo.—Dijo en un llanto, si Mike pudiera ver su cara, se daría cuenta del miedo que tenía, la tristeza, y desesperación del chico.

—Pero lloraras, y no quiero que estés solo.—Dijo sintiendo demasiada pena por el chico.

—Pero prefiero eso a que estar con la persona que me vio-violó.

—Esta bien, te entiendo. ¿Cuanto dinero quieres? Te daré dólar por dólar, pero dime una sifra,  por favor,  copera conmigo Kheit.—Rogó.

—No quiero na-nada,  solo quiero ropa, y mi ca-casa.

—Vamos,  todo el mundo quiere dinero,  ¿Este año no vas a la universidad? Te la pagaré,  vamos por favor,  me siento culpable.

—Esta bi-bien,  solo la uni-universidad.

—Dame tu número de teléfono, y la dirección de tu casa,  por favor.

—No tengo teléfono—Se escucho la canilla de la  bañera cerrarse. ¿Me darías una toa-toalla? Por favor-pidio con la vos quebradiza.

—Sí,  tomá- le ofreció Mike,  intentando no ver el cuerpo del chico,  pero no pudo evitarlo,  miro cada parte de su cuerpo,  no cabia un rasguño más,  estaba lleno de estos,  e incluso,  moretones,  chupetones,  manos marcadas en sus glúteos,  mordeduras que estaban violetas por su panza,  y cerca de sus tetillas.

—Dios mío,  mira todo lo que te hice,  perdoname,  perdonanos, Dios—Dijo antes de avalansarse hacia el cuerpo tan  dañado del chico,  y empezar a abrazarlo.

El más chico empezó a llorar,  mientras todo su cuerpo comenzaba a tensarse ante el tacto del contrario.

—Por favor,  quiero toalla.-habló mientras hipeaba.

—Sí, toma,  perdón—Alcanzo la toalla al chico—Por abrazarte, de verdad estábamos bajo el control del alcohol y las... drogas,  yo conciente ni siquiera de ubiera tocado un pelo,  perdoname.

¡Plaff!,  se cerró la puerta principal de la casa,  Peter había llegado con los cigarros.
Mike envolvió al chico en la toalla,  y lo llevó a rastras hasta la habitación de él,  pasado justo por la puerta donde había sucedido todo,  haciendo entrar en pánico al chico.

—Trunzky trunzky-dijo el chico en su idioma natal,  Ruso.- ¡Soltadme,  soltadme!

—Tranquilo, no te are nada,  entiendelo —Rogó—Solo te daré ropa.

—Esta bién, quiero casa,  quiero irme a mi casa-se corrigió.

—Te llevaré,  tranquilo,  solo calmate,  te daré ropa, y te llevaré,  ¿Sí?

—Sí.

🥀-;;L a r a

S i l e n c i o Donde viven las historias. Descúbrelo ahora