Kaori miraba con miedo aquella casa, su fachada oscura y sin vida no daba buena impresión - ¡¿Qué esperas?! Entra - el peliverde agarro con fuerza su mochila y cuando aquel chico abrió a la puerta, arranco a correr, escuchaba los gritos llenos de ira, su corazón latía con fuerza y no por correr, no, latía fuerte por el miedo.
Sabía que era tener miedo.
Cuando por fin llegó a la casa de su abuela, su rostro estaba bañado en lágrimas y sudor, su abuela corrió preocupada hasta la puerta y Kaori en medio de los nervios y el miedo se le lanzó a los brazos - ¿Qué te paso mi niño? - el menor solo negó con la cabeza y siguió pegado a su abuela por el resto de la tarde.
Ya para que decir, si por ser así antes terminó en ese horrible instituto
Para cuando el cenizo entró, Kaori dormía en el sofá, sus mejillas estaban rojas y se notaba aún el rastro de lágrimas - Inko... Que le pasó al mocoso? - la tierna mujer miro preocupada a su nieto, hacia rato murmuró dormido sobre un alpha y que tenia miedo, también noto la fea marca de unos dedos en su brazo - Katsuki...entiendo el cambio de escuela, pero Kaori no esta bien - el tono de alerta y preocupación hicieron que el cenizo suspirara - Inko...no puedo dejarlo sin estudio, Deku estaría enfadado, además tiene que aprender que sus actos tienen consecuencias y que yo ya no lo puedo tener encerrado por miedo, Denki me regaño mucho y Kirishima dice que el lo buscará a la salida...pero no puedo seguir llevando sus caprichos ¿verdad? - la anciana toco su mejilla y sonrió de manera maternal y orgullosa - has madurado mucho Katsuki, se que harás lo mejor de ahora en adelante con Kaori - el cenizo sonrió, tomo a su pequeño y lo llevó a su cuarto, le dolía saber que su pequeño sufría y que era por su culpa - ¿Qué debo hacer ahora Deku? No sé qué hacer ahora y tengo miedo que lo pierda también a él - susurro mirando el rostro dormido de su hijo
Esa noche por primera vez soñó con su madre, ambos estaban sentados en el sofá viendo la televisión, su padre estaba en la cocina moviendo algunas cosas - ¿Qué pasa cachorrito? - la suave voz de su madre lo hizo sonreír, así era como el cenizo lo llamaba pequeño - mamá ¿por qué te fuiste? - aquel ser sonrió, de una manera dulce y maternal aunque sus ojos no sonreían, más bien parecían estar a puntos de explotar en lagrimas - mi pequeño cachorro, aun hay cosas de las que papá no te ha hablado, cosas que lo sobrepasan, cosas que quebraron a toda esta familia y por las que tú estas pagando, pero dime...¿Por qué tú no hablas con tu papá? - Kaori lo miro extraño ¿su mamá siempre tuvo los ojos muertos? En los cuadros de su abuela, se veía tan vivo e incluso su abuela Mitsuki le decía que sus ojos eran hermosos, hasta su padre, solía decirle que sus sonrisas solo competían con el sol...entonces ¿por qué no se veía así en su sueño? - porque se que no se me va a creer...mamá ¿Qué debo hacer? - el tierno hombre frente a sus ojos miro a la cocina y luego a sus muñecas, Kaori noto los moretones que lentamente aparecían en el cuerpo de su madre - Debes ser más fuerte que yo - su casa había desaparecido junto al sonido de la alarma... Enserio debía encontrar ayuda y quien mejor que su único amigo
