Los días siempre comenzaban a la misma hora, siempre entraba a la ducha después del desayuno, ordenaba su mochila y se despedía de sus padres, caminaba hasta su instituto y al salir, siempre pasaba por el super a comprar una paleta, esa era su rutina todos los días, bueno...excepto hoy, ya que cierto omega de cabello verde lo secuestro en su pacifico y tranquilo camino al instituto - Kaori...no puedes solo hacer esto, me estás metiendo en problemas, ve ya a tu instituto - el más bajo de los dos se mantuvo en silencio por un rato, levantó sus ojos y le mostró su brazo, aquel en donde las marcas ya moradas de largos dedos hacían un feo contraste con su pálida piel - no puedo volver...él debe estar enfadado, me va a golpear y yo...solo te tengo a ti, Jun - el nombrado miraba el brazo de su amigo, saco su teléfono y sin mirarlo a los ojos llamo a Katsuki - Buenos días señor Bakugo...si, lamentó molestarlo durante su trabajo, es solo que Kaori esta aquí conm...- su teléfono fue arrebatado por unas temblorosas manos, el chico frente a él lo miro lleno de tristeza - No le digas a papá! Solo ayúdame - suspiro, necesitaba ir a su instituto o su madre lo regañaría en la tarde - mira Kaori no estoy para tus juegos, se que somos amigos pero hasta yo tengo mi limite, crees que después de todo lo que has hecho voy a seguir jugando? No, ahora discúlpame pero enserio voy tarde y más te vale a ti irte también - tomo su maleta y con fuerza le arrebato su celular al omega que se mantenía en silencio - ya veo...lamento molestarte Jun, tienes razón, ya no jugare más, nos vemos - algo le grito que para, Bakugo Kaori jamás había dicho algo así, nunca había aceptado que le dijera que no y ahora...lo hacía - espera ¿Qué bicho te pico ahora? - enserio que algo estaba mal con aquel omega testarudo, noto como se rasco nervioso la nuca, como paso saliva y también noto que no lo miraba directamente como usualmente lo hacía - ninguno, solo jugaba, pero enserio Jun...lamento todo lo que te he hecho - eso último lo dijo riendo, pero era como si su sarcástica y alegre sonrisa se estuviera desvaneciendo.
Al medio día decidió llamarlo, más por aquel miedo que comenzó a nacer desde que noto bien el rostro de su amigo, era extraño ver que Kaori, un chico desafiante y para nada miedoso, tuviese los ojos rojos y algo hinchados, además aquella marca ~Hola~ aquella voz al otro lado del teléfono no era la voz chillona y cantarina del pecosito - oh lo siento, este no es el número de Bakugo Kaori? - sus latidos eran pesados, algo estaba mal, había marcado decena de veces aquel mismo número ~oh sí, este es, pero Kao-chan esta ocupado jugando ahora mismo ¿algún mensaje?~ quería decir algo pero tras aquella pregunta se escucho un jadeo acompañado de un sollozo y él si que conocía esa voz - dile que pasare por él junto al tío Eijiro - de nuevo un sollozo pero luego se escucho un golpe seco ~vale~ cuando la llamada se corto, solo atino a llamar a el pelirrojo, algo no iba bien con Kaori.