Prólogo

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   Eran las tres menos cinco de la madrugada. Dos figuras encapuchadas caminaban a paso rápido por las calles de la ciudad de La Serena. Una de ellas, alta y esbelta, llevaba un maletín largo pero angosto. La segunda, por su parte, era baja y llevaba una mochila colgando del hombro. Pasado un rato, este último preguntó con tono preocupado. – ¿Estas segura que este es el lugar indicado?- Ella lo miró con cara irritada, sus ojos eran castaños y el único flequillo que caía de su pelo tapado por una capucha era color negro. -Has estado media hora preguntando lo mismo, Igor, ya no sé por qué te enviaron conmigo-. Igor bajó la cabeza como respuesta y siguió caminando.


   Tras unos cinco minutos de caminata, al fin llegaron a una casa la cual estaba numerada como la casa 84 de la Avenida del Mar. La misteriosa mujer sacó un papel con una dirección escrita y comprobó que ese era su destino. Le pasó el maletín a Igor y, con ayuda de un instrumento guardado en su chaqueta, rompió una ventana silenciosamente y entró por ella haciendo señas a Igor para que lo siguiera.


   Dentro de la casa, en el segundo piso, un hombre de unos treinta años llamado Victor leía un libro en su pieza. No podía dormir y esperaba dormirse leyéndolo, pero el libro no lo ayudaba mucho al estar relatando una batalla movida y sangrienta.

   Pasó la página y buscó la primera línea con sus ojos pero, al empezar a leer, escuchó un ruido abajo en su casa. Salió de su pieza y escucho atentamente para ver si se repetía y, en efecto, se repitió. Era un murmullo leve. Si no fuera porque Victor tenía buen oído, no lo habría escuchado. Volvió a su pieza y abrió un cajón el cual contenía una pistola. La sacó, y le puso munición. Ya con el arma cargada, bajó las escaleras con un brazo apuntando con su pistola y el otro, atravesado, con una linterna.

   No le costó mucho encontrar a los culpables de aquel ruido. Un hombre bajo que tenía un maletín abierto a sus pies. Había levantado los brazos y tenía una sonrisa malvada en la cara. –Yo que tú no disparo, Victor- dijo el extraño señalando con la cabeza al maletín. Victor miró el maletín aún confuso por lo que dijo ¿cómo sabía su nombre? En el maletín había una silueta de un arma grande, como si la guardaran ahí pero la hubieran sacado. Victor empezó a sentir que algo iba mal hasta que una voz femenina le dijo maliciosamente por atrás: -Un honor conocerte, Victor- Este se giró y vio a una mujer con un arma de lo más extraña. Tenía un compartimiento en el cuál se veía una masa verde y, lo peor, estaba brillando y haciendo un sonido que se hacía cada vez más agudo. Sin pensarlo Victor disparó y se apartó para que el rayo verde no le impactara, lo siguiente que vio fue un cuerpo ensangrentado y una muralla de su casa media destruida. Rezando a que esa no sea el soporte de su casa entera. Buscó el arma para romperla pero alguien ya la tenía.

   Igor le apuntó con torpeza pero Victor fue más rápido. Le empezó a disparar al arma extraña errando cada disparo. Igor estaba desesperado, oía los gemidos de dolor de su compañera, Winnie, y sentía las balas rozarlo. Dándose por vencido, dejó el arma a un lado y tomó a Winnie en sus brazos. Se dirigió a la puerta pero Victor no se lo iba a dejar tan fácil. Le disparó a su meta para que parara pero no tenía munición. Maldiciendo por lo bajo tiró la pistola y corrió a taclearlo pero el arma extraña ya estaba lista. Un rayo de luz verde atravesó la habitación. Victor se tapó con los brazos e Igor escapó de con Winnie. Dejando los orígenes de un superhéroe.

   Desde ese día Victor dejó de ser uno más. Con las nuevas habilidades que le dio el arma, ahora podía volar, tenía fuerza sobrehumana y podía lanzar rayos de sus manos. Creó un traje con sus propias manos para ser conocido como Súper Victoria. Defensor de Chile, Latino américa. Ya habían pasado años desde su incidente y el mundo entero necesitaba defensores.

   Eso era lo que Victoria le iba a dar.

Hola!!! Espero que les haya gustado este prólogo y si es así, díganmelo!!! Si veo que les interesó subire el proximo capítulo pronto. Nos vemos!!!

~Diego Scamander

Los MentasticosWhere stories live. Discover now