Gamma- KOOKTAE

[1]

- ¡¡Alto ahí hereje!!.- Bramó el sujeto.

El joven  que corría  detuvo su accionar ante la orden, parando instantáneamente.

- ¿Qué tenemos aquí?.- comento el joven que perseguía al  desolado chico.

El joven no contesto, con un semblante falso y una mirada llena de desdén, Este decidió no hacer ningún acto de sumisión ante aquel seguidor del general Siwon.

-¿Qué?, ¿El Delta te corto la legua?.- dijo con un deje de irritación y altanería en su voz.

Ante la falta de respuesta de aquel joven el sujeto furibundo lo tomó por el brazo y lo arrastró hacia el muro que dividía los terrenos del general Siwon y el del pueblo. Metiéndolo en una fortaleza en dónde se ubicaban los seguidores y protectores que juraron lealtad eterna hacia el general.

Al entrar dos hombres más se ubicaban en la sala donde una chimenea contenía el poder de aquel fuego abrasador, unas simples sillas de madera junto con una mesa cuadrada era la decoración en su totalidad de aquel sombrío lugar, cuando escucharon a su tercer compañero voltearon observando la escena con una mirada llena de incredulidad

- ¿Qué tenemos aquí?.- dijo jocoso el chico de menor estatura

-¡Es un maldito!.- comentó otro hombre con nerviosismo y asco.

- No seas ridículo, los Gamma fueron exterminados hace quinientos años.- pronunció aquel que aún sujetaba al chico.

- Entonces, ¡¿Por qué no lleva una marca de propiedad en su cara?!.

El chico que contenía al joven le dirigió una mirada pensativa y suspiro pesadamente  tomándolo por la barbilla.- Tal vez no sirve el juguete.- contesto con insignificancia ante el asunto.

El chico gruñó en respuesta, dispuesto a morder y golpear a quien se atreviera a insultarlo.

-¡Parece un salvaje!.- chilló aquel joven que parecía aun más nervioso.

- ¡Basta!, Pareces un estúpido Sigma, hacen drama con todo.

-¡Deja de compararme con esos esclavos!.

-¡Entonces deja de comportarte como tal!, Eres un Delta.-  Farfulló irritado.

Mientras el tercer hombre miraba aquella ridícula conversación, optó, que la mejor opción sería mirar aquel joven Sigma y sonrió mientras en su mente se creaba un plan maquiavélico.

-¿Podrían ambos dejar de pelear?, Están asustando a nuestro invitado.

Ambos hombres observaron con indiferencia a su compañero.

- Mientras ustedes pierden el tiempo, yo tengo una idea - dijo con autosuficiencia- Saben, tenemos ante nosotros a un Sigma, y ¿Saben lo mejor?...-  mientras veía como sus compañeros se miraban entre sí para formular una respuesta, volvieron a partir su mirada para dirigirla una vez más a su compañero,  moviendo la cabeza en negación.
- En verdad son muy idiotas, me preguntó cómo es que son Deltas... Es una Sigma no sean estúpidos.

- Eso ya lo sabemos, ¿Qué es lo interesante?.

- En verdad me preguntó cómo es que son Deltas...- dijo con doble irritación-  ¡Es un Sigma que no está marcado!,
¡¿Saben lo que significa?!, ¡Podemos hacerle lo que queramos!, Lo podemos marcar, o incluso algo mejor... ¡Comernos su alma!.

El chico que hasta ahora batallaba por ser liberada miro con horror a sus captores al mismo tiempo que  aquellos le dirigían  una mirada llena de perversidad .
El joven chilló tratando de soltarse, una capa perlada de sudor cubría su rostro con nerviosismo.

- Vaya, ¡esto en realmente ingenioso!- alabó el hombre que tenía sujetado a aquel chico Sigma.

-¡Hace años que no como un alma!.- dijo con felicidad.- ¡El jefe la última que nos dió una fue hace años!.-

En tanto los dos hombres restantes se dirijan hacia su presa, este comenzó a pedir piedad.
- Ppor... Por f...favor- imploró- Ha... haré lo que sea...

-¡Vaya si puedes hablar!.- musitó con falsa alegría.

El chico comenzó a llorar, tratando desperado con ser soltado, por aquellos deltas. Dos hombres lo tomaron por los lados y otro tomaba un cuchillo que yacía como única decoración sobre aquel pedazo de madera.

-¡Espero que tus ojos estén bien condimentados!. - canturreó, dirigiendo el cuchillo al rostro del joven.

El chico se retorcía, recio a la fuerza brusca que impartían sobre el, lágrimas gruesas adornaban su rostro. Forcejeaba, en verdad que trataba, más cualquier esfuerzo era en vano.

-¡Alto!- se escuchó una cuarta voz.

Todos observaron aquella figura que  recién mencionaba su existencia.

Los tres hombres miraron con furia al joven que se atrevió a interrumpir.

-¡¿Qué quieres sangre inmunda?!.

- ¡lárgate maldito!

Aquel joven ignoro olímpicamente aquellos comentarios y se dirigió hacia el sujeto que yacía entre los delta.
- ¿Qué?, ¿Es un gamma?.- comentó con indiferencia él recién llegado.

- No seas ridículo.

-¿ Por qué no tiene una marca? .

- Nadie lo sabe, SeokJin lo encontró así.

- Son unos estúpidos, ¿Qué pensaban?, ¿Comerse su alma?.-

- Eso no te incumbe,  ¡asqueroso sangre sucia!.-

Aquel joven miraba con superioridad a esa triada de deltas, pues bien sabía que su sangre era sucia y  aborrecída  por muchos, más sin embargo ser el hijo bastarda del general Siwon, lo ubicaba en una autoridad superior al de cualquier delta.

El hombre comenzó a reír  mirando con diversión- Saben... Estaban cometiendo una violación de ley... Les recuerdo creadas por el mismo General Siwon... Pero bueno creo que su cerebros son lo suficientemente subdesarrollados para saber todas las reglas,  ¿No?.- musitó con una mueca de diversión que invadió su rostro con rapidez.

La triada de hombres miro con miedo y horror, sabían que lo que cometían era un delito, pero no se dejarían asustar por aquel chiquillo.
La cólera invadió su sistema, llenos de impotencia.- ¡Eres un maldito bastardo JungKook!.-

-¿ Entonces eso es todo lo que tienen?, ¿Decir lo que soy?, ¿Creen que sufriré por la verdad?- dijo con seriedad- sé que soy una aberración, un hijo parido por una Gamma,  gracias por el recordatorio. - sonrió sin tomarle realmente importancia a las palabras dichas por los seguidores de su padre.

El bello de los hombres se erizo ante aquella mirada penetrante.
-¿Q-que quieres?.-

- ¡Vaya!, no sabía que un Delta podía ser sumiso ante alguien como yo.- dijo con falsa sorpresa.- entreguen al chico, yo lo llevaré con mi padre. En tanto... Ustedes, me deben un favor.- dijo con soberbia.

JungKook se retiró con aquel joven entre sus brazos temblando.

los hombres suspiraron, derrotados cayeron al suelo, su orgullo había sido herido.