insomnio

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Me miraba de reojo con sus ojos verde brillando en el cielo azul oscuro, yo fingia ignorarlo pero la tensión estaba tan presente que era imposible no notar que su pálida piel besada por la luna deseaba unirse con la mía.

Todavía no logro entender como soporte tal impulso por tanto tiempo, se sentía como siglos por dentro cuando aún no lo besaba.

No puedo recordar el momento exacto en que sucedió pero cuando nuestros labios se rozaron todo fluyo, tan suave como se desliza la arena en el desierto.

No fue un acto desesperado aunque si de necesidad, los dos encontramos aun más de lo que buscábamos al pasar de sus labios sobre los míos, teníamos tanto a flote que no luchamos por conseguirlo

Ahora es difícil ver como se va el tiempo, sin sus dedos jugando con los míos, nuestra piel en contraste, sin sus ojos buscándome y encontrándome constantemente, sin su cabello confundiéndose con el mio, sin el olor de su suéter abrazado a mis hombros, los silencios solo apreciando nuestra mutua existencia, lejos de ser incómodos y de la nada hablar de las cosas más profundas hasta reírnos de las más simples.
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