Capitulo II

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Me despierto sobresaltada. Al sentarme en el futon y apoyarme en mi mano derecha, siento una punzada en ella. La miro y la veo vendada con una mancha roja en la palma.

Examino mi alrededor, estoy en la cabaña de la anciana Kaede al lado de la fogata, en el otro lado estaba Inuyasha.

Miro mi ropa, llevo mi pijama, seguramente Sango lo saco de mi mochila y me cambiaron. Inuyasha lleva su traje rojo y no está cubierto con una manta al igual que yo.  Tiene un paño en su cabeza y de repente abre la boca como tratando de decir algo, mueve sus dedos y está temblando.

La cabaña huele a sangre y hay un hedor que no reconozco pero está bastante presente. Nadie más está en la cabaña, imagino que están afuera porque puedo escuchar voces pero no logro identificarlas.

Saliendo del futon, me levanto para acercarme a Inuyasha. La parte superior de su traje tiene una gran mancha de sangre seca.

¿Cómo es posible que no lo hayan cambiado?

Tratando de no utilizar mucho mi mano derecha, le quito el paño de la frente y la parte superior de su traje. Nadie ha entrado en la cabaña aun.

Dejo a un lado la prenda y abro la otra que trae Inuyasha bajo la tela roja. Estaba vendado, pero estas estaban totalmente empapadas de sangre. Él sigue temblando y tratando decir algo. Toco su frente, está caliente.

Tomo el paño que antes tenía en la frente y lo sumerjo en un balde con agua que estaba a mi lado. Lo estrujo y lo vuelvo a poner en la frente de Inuyasha.

Vuelvo a mirar a mí alrededor en busca de vendas. Al lado del balde con agua, había una bandeja con ellas.

Es como si esperaran a que yo despertara para curar a Inuyasha.

El pensamiento me enfurece, siempre cuando yo no estaba lo curaba la anciana Kaede o Miroku. Pero ahora lo tienen así.

Retiro las vendas que cubrían el pecho de Inuyasha y, con un trozo de las otras, comienzo a limpiar su pecho.

Limpio por los alrededores hasta tener limpio una parte de la herida. Concentrándome un poco más puedo ver que no solo es sangre lo que sale de la herida.

Hay veneno. De Naraku.

Comenzó a purificarse en cuanto me acerque a él, pero es poderoso. Quizás aún estoy muy débil por la pelea con Naraku.

Pero la anciana Kaede podía haberlo purificado.

¿Porque ninguno de mis amigos cuido de Inuyasha?

Quiero salir, buscarlos y reclamarle a cada uno porque no han cuidado de él, pero Inuyasha toma mi mano derecha y gimo por el dolor.

¡Pero ha despertado!

Mis ojos van hacia los de él, que me miran cansados, pero con una sonrisa en el rostro. Sonrío de vuelta a él, entonces recuerdo las palabras de Naraku.

"..Es mejor que tú tengas por seguro que  Inuyasha no saldrá de esta con vida."

Su mano deja la mía y toca mi rostro, acariciando mis labios y mis mejillas.

Mi sonrisa a desaparecido al recordar las palabras de Naraku, y más ahora que Inuyasha me mira con tristeza.

Inuyasha: Te dije que te fueras...-su mirada va hacia mi mano.

Kagome: ¿Cuando hago yo lo que tú me ordenas?- sonrío.

Inuyasha: ¿Dónde están los...- respira profundamente y hace una mueca de dolor. Creo estar lo suficientemente bien como para purificar el veneno, pero es como si mi poder no alcanzase.- demás?

Promesa: Nueva vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora