Capitulo IV

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¿Qué se supone que deba hacer ahora?

La anciana Kaede había propuesto hacer una especie de funeral para Inuyasha, más que nada, para recordarlo.

Del incendio que hubo en la cabaña de la anciana Kaede no quedó nada. Tuvo que quedarse un par de días con un aciano amigo de ella hasta que le construyeran una nueva casa.

En ese entonces, eran dos días los que habían pasado de la muerte de Inuyasha, pasaron dos más y ella propuso la idea del funeral; por lo que llevo cuatro días de la muerte de Inuyasha y yo intentando hacer duelo.

Intentando. Intentando porque todos me mantenían, como si quisieran distraerme. Hasta el extraño que vino hace unos días lo hacía.

Y ahora, estando parada enfrente a la lápida con el nombre de Inuyasha, no sabía qué hacer. Era extraño porque ni siquiera tenía ganas de llorar, en cierto modo, la promesa que le hice a Inuyasha me quitó un gran peso de encima.

Estaba segura que no me veía como las mujeres que pierden a sus amados en la televisión.  No estaba destrozada llorando, sino que mi mirada estaba concentrada en la lápida.

Sango fue la primera en intentar convencerme respecto al funeral, diciendo que quizás sería bueno para mí dejar ir de una vez a Inuyasha.

Ni siquiera teníamos su cuerpo.

Durante esto cuatro días, el extraño se la pasaba diciéndome que Inuyasha cumpliría su promesa y que confiara en él.

Hasta se había construido una cabaña en la aldea y ahora estaba cómodamente instalado en ella.

Todo esto era tan extraño.

Una vez asistí a un funeral de una amiga de mi madre. El solo hecho de entrar en ese grupo de personas te provocaba un sentimiento de tristeza, aunque no tuvieras nada que ver con ellos.

Sin embargo, este era distinto. Por mucho...

Se sentía la tristeza, pero no venía de mí.

Algunos lloraban, pero no era yo.

Otros se lamentaban, pero yo no.

No entendía el porqué. Pero tampoco quería hacerlo.

Si algo tenía claro, era que estaría sola.

Con Inuyasha, nunca nos la pasábamos solos. Si Sango junto al monje Miroku salían juntos, yo me quedaba con Inuyasha dando un paseo o comiendo ramen.

Sonrío ante el recuerdo, aún me queda una mochila entera cargada de ramen.

Cuando todo termina… o la anciana Kaede lo da por terminado, todos se retiran a sus cabañas. Mientras, yo me quedo cerca con la espalda apoyada en un árbol con los brazos cruzados.

Puedo oír como Sango le comenta a la anciana Kaede mi expresión durante el funeral. Casi todos comentan lo mismo en la aldea.

Pero… ¿Qué expresión se supone que debía tener yo?

Ah, la de una compañera que perdió a su compañero y quedó completamente sola.

¿?: Encuentro todo esto tan estúpido.- dice acercándose a mí. El muy tonto se la ha pasado siguiéndome todos estos días. 

Kagome: ¿Qué quieres?- pregunto cansada. La verdad es que quiero ir a correr a alguna parte para liberar tensión. Pero igualmente tenía ganas de interrogarlo hasta saber todo de él.

¿?: Nada. Sólo te acompaño.

Kagome: ¿Por qué no me dices de una buena vez que es lo que quieres?

¿?: Vine aquí para ser tu amigo, ser alguien…

Kagome: … en quien pueda confiar.- finalizo su frase poniendo los ojos en blanco. Llevaba diciéndome eso desde que llegó.

¿?: Exacto.- sonríe.

Kagome: No estoy para tus juegos.- digo dándole la espalda para luego arrodillarme un poco para darme impulso y saltar. Pero su voz me detiene.

¿?: Me sorprendes, Kagome.- dice.- Esta tarde te vi tan… fría. No creo que la muerte de un compañero sea para estar tan… así.

Me volteo mirándolo con el ceño fruncido. Él hablaba con un tono burlón pero mantenía su pose seria.

¿?: Para mí, el que muera el amor de mi vida no es para estar así. Estaría destrozado… Incluso, intentaría, por cualquier forma, estar con él.

Y lo había reconsiderado. Estuve una noche completa, bajo el árbol sagrado, analizando la posibilidad de irme junto a Inuyasha. Pero cada vez que lo hacía, llegaban a mi cabeza las palabras de él.

… que tendrás una nueva vida…”

¿?: Sin embargo, te mantuviste tan fría y seria. Controlando tus emociones… Tu mirada me pareció conocida. Por un momento creí que veía a Kikyo en vez de a ti.

Y esa fue la gota que derramó el vaso.

Nunca le he dejado a nadie la oportunidad de compararme con ella. Ni siquiera a Inuyasha.

Camino rápidamente hacia él y lo ataco con mis garras. Él me esquiva y me empuja hacia adelante quedando detrás de mí y yo en el suelo boca abajo.

¿?: ¡Oh vamos! Cualquiera se sentiría honrado de ser comparado con ella.- dice levantando las manos en señal de defensa.

Me levanto y esta vez avanzo hasta él corriendo y le pego fuertemente en el rostro rompiéndole el labio inferior. Él gira su rostro por el impacto pero no hace nada por devolverme el golpe o algo.

Kagome: Nadie me compara con Kikyo. Nadie.

¿?: Claro… ya entendí.- dice retirando la sangre que corre por su labio.- Eres fuerte… a pesar de que no tienes entrenamiento.- sonríe.- Estoy dispuesto a enseñarte. Siempre y cuando domines esto.- dice y señala el cielo. Miro hacia arriba y veo a un dragón que está sobre nosotros agitando sus alas y gruñendo hacia mí.- Cuando vuelvas te diré mi nombre.- hace una seña con su mano al dragón y el desciende rápidamente hacia mí, me levanta con sus patas y vuelve a elevarse en el cielo y me lleva volando a no sé dónde.

Comienzo a patalear y a gritarle que me deje, pero después de un rato considero la idea de que me suelte en medio de no sé qué lugar no es muy conveniente. Así que dejo que me lleve a donde quiera, cuando me suelte tendré oportunidad de escapar de él.

¡Hola! ¿Cómo estan?  Yo bien :3

Espero que les haya gustado el capitulo :D

Lamento el no haber publicado ayer pero esque tenía una prueba hoy y ayer tuve que estudiar :/ 

Pero aquí está el capitulo y recién salido del horno :3

El fin de semana toca nuevo capitulo sin falta :D

 Gracias a:

Pau-Neko-Chan

vasv123

Y a mí amiga APETEPORRICA (Lo sé es raro el nombre :s) 

Por sus comentarios :3

Promesa: Nueva vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora