Caperucita Roja

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Bueno este es un cuento que casi todo el mundo conoce aun asi espero que les guste.

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En cierto pueblo, cercano a un tupido bosque, vivia una bellisima niña, tan linda que parecia un angelito. Su madre estaba tan contenta con los encantos de su hija, que casi vivia loca de felicidad. Pero mas contenta aun se mostraba su abuelita, que no hallaba la manera de demostrarle cuanto la queria. La tenia abrumada de regalos y fue precisamente su abuelita la que le hizo un hermoso sombrerito en forma de caperuza, de color rojo. Desde entonces la llamaron Caperucita Roja.

Cierto dia, al llegar a casa Caperucita Roja, despues de haber jugado con sus amiguitas, vio sobre la mesa unos sabrosos pasteles y, creyendo que eran ara ella, pregunto a su madre si podia comerselos.

-Son para tu abuelita; la pobre esta muy enferma- replico su mama-. Le llevaras esos pasteles y este tarrito de dulce.

-Si, mamita,si; tal vez con esos regalitos mi abuelita se pondra mejor.

-Pues entonces preparalo todo y llevaselo.

Caperucita metio en una cesta todo lo que su mama le habia dicho, le dio un beso y salio rumbo a casa de la abuelita, que quedaba al otro lado del bosque.

Avanzaba Caperucita Roja cantando de alegria cuando, al atravesar el bosque, se encontro con el señor Lobo, que estaba mas hambriento que nunca.

La pequeña era un exquisito bocado para sus afilados dientes. Mas, cuando abria ya su fea boca, diviso muy cerca de alli unos leñadores.

Se escondio donde pudo y paso cerca de la niña diciendole con vox frigida:

-¡ Que bonita eres, niña! ¿Cual es tu nombre?

-Me llaman Caperucita Roja.

-¡Ajan,ajan!...¡Precioso nombre el tuyo!...¿Y a donde vas tan solita?

-Voy a visitar a mi abuelita. ¿Ves esta cesta? Pues dentro llevo pasteles y un tarrito de dulce que mi mamita me dio para ella.

La pequeña, como niña educada que era, contestaba con amabilidad al señor Lobo, sin maliciar el peligro que corria.

-¡Ajan,ajan!...¿Asi que tu abuelita esta enferma? ¡Caramba! ¿Y esta muy lejos de aqui la casa de tu abuelita?

-¡Mucho!- respondio Caperucita Roja-. Me falta aun la mitad del camino. ¿Ves ese molio alla lejos?

-¿En ese molino vive tu abuelita?

-En el molino, no; cerca de el, en la primera casa de la aldea.

Penso un largo rato el señor Lobo y, despues de frotarse con las patas el hocico, que estaba humedecido de gusto, le dijo:

-¿Sabes lo que he pensado, Caperucita? Te acompañare para visitarla yo tambien.

-¿Tu conoces a mi abuelita?

-No, pero deseo conocerla.

-Bueno, entonces vamos los dos a ver a mi abuelita.

-¡Perfectamente!

Iremos los dos separados. Yo ire por el camino que cruza el bosque y tu por el de su alrededor, y de esa manera veremos quien llega primero a la casa de tu abuelita.

Despues de decir estas palabras, partio el señor Lobo a todo correr. El muy listo habia dejado a Caperucita el camino mas largo para llegar antes que ella y esperarla.

El señor Lobo necesito poco tiempo para llegar a la casa en que vivia la abuelita de Caperucita Roja. Toco la uerta y desde dentro la abuelita pregunto.

-¿Quien llama?

-Caperucita Roja- dijo el señor Lobo cambiando la voz-; te traigo unos pasteles y un tarrito de dulce.

La anciana, creyendo que era su nieta, contesto:

-Entra, queridita; alza el pestillo y empuja un poco la puerta.

Asi lo hizo el malvado y apenas entro echose sobre la viejecita y se la comio de un bocado.

Poco despues llegaba Caperucita Roja y al hallar cerrada la puerta la golpeo suavemente.

-¿Quien llama?- contesto con voz ronca el señor Lobo.

La niña se asusto al escuchar esa voz tan fea, pero se imagino que su abuelita se encontraba resfriada.

-Soy Caperucita, tu nietecita, que te trae unos pasteles y un tarrito de dulce - dijo la pequeña-. ¡ Pero que ronca estas!

El lobo fingio entonces la voz:

- No hagas caso, pequeña; empuja la puerta y entra.

Caperucita entro confiada, a tiempo que el horrible animal escondia la cabeza bajo las frazadas

-¿ Como te sientes?- dijo la pequeña, acercandose a la cama.

- Estoy muy resfriada- respondio el señor lobo, dulcificando la voz-. Cierra bien la puerta, agrego despues.

-¿Donde pongo estas cosas que me dio mamita para ti?

-Ponlas encima de la mesa y ven a acostarte conmigo.

Caperucita se acosto. Ya en la cama, exclamo:

-¡ Que grandes tiened los brazos hoy, abuelita!

- Es para poder abrazarte mejor - respondio el señor Lobo.

-¡Y que grandes las piernas!

-Es para correr mejor, linda mia.

-Pero abuelita,¡que orejas tan grandes tienes!

-Son para oírte mejor, mi pequeña.

Se produjo un breve silencio. Al fin, Caperucita pregunto:

-Pero, abuelita,¿ Y esos enormes dientes que tienes?

-¡ Son para comerte mejor!

Y el feroz animal se arrojo sobre la niña oara devorarla. Pero Caperucita profirio fuertes gritos que llegaron hasta unos leñadores.

Estos, al escuchar a la niña, corrieron presto a la casita y mataron al terrible lobo.

Desde ese dia la linda Caperucita contaba a sus amiguitos lo que le habia sucedido y les aconsejaba con cuanto cuidado deben escoger a sus amistades, pues las malas compañias y los malos a migos suelen dar desagradables sorpresas como la del malvado lobo.

Bueno hasta qui Caperucita espero que les guste dejen muchos comentarios y denle a la estrellita de que les gusta 🤗 muchas Gracias y hasta la vita😁.

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