28: Rosada coincidencia

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No lo había imaginado.

Eres real.

Su tono de voz tranquilo, aterciopelado, bajo y profundo parecía hechizar mis sentidos. Sólo unas palabras bastaron para tener mi corazón acelerado pero mas importante, fueron justo esas palabras. Las mismas en las que yo había pensado y las cuales me pasé toda la cena repitiendo.

-¿Disculpa?

Su calor abandona mis mejillas o eso parece pues las siento igual de tibias. Sus ojos me miran sorprendidos, como si lo hubiera dicho sin darse cuenta.

-Lo siento- mete las manos en los bolsillos del suéter. El silencio toma cabida entre los dos y yo sólo busco que diga algo al respecto, ¿Me lo imaginé?- Te sonará extraño, Rose- comienza a hablar mirando al suelo- pero mientras estaba lejos podía jurar que estabas conmigo -mi pulso se eleva y siento como mi corazón lucha por querer salir- Diciéndolo en voz alta suena muy mal. Creo que me volví loco.

No sé qué dijo después. Mi capacidad auditiva solo me permitió llegar hasta la segunda frase. Él me veía. Shadow me veía de la misma manera en que yo lo veía a él ¿También conversaba con mi fantasma?, ¿Sostenía conversaciones dónde me prometía su regreso?, ¿Estaba a su lado hasta el punto de ser molesta?, ¿Me extrañó tanto como para querer abrazar a la imaginación?

-Yo también- solté interrumpiendo alguna frase de él.

Nuestras miradas conectaron y supe que él estaba tan sorprendido como yo.

-¿Qué?

-Yo también- me resultaba difícil decir aquello- También te veía. Aparecías de la forma más inesperada, me hablabas, me decías que volverías- no me enteré de mis ojos acuosos cuando la primera lágrima cayó- Te extrañé tanto que parece absurdo.

Dejé que cada gota fluyera como río desbordado.

Era absurdo. ¿Desde hace cuánto nos conocemos?, ¿Dos meses y medio?, ¿Tres? Sin embargo aquí estoy llorando, sufriendo con los diversos y catástroficos escenarios que mi mente me regalaba cada vez que pensaba en su bienestar. Las palabras de Rouge vienen y van en un frenesí asqueroso obligándome a sentir igual de sucia.

Aquel infierno que vivieron y aquel lugar al que Shadow volvió eran lo mismo y dudo que haya cambiado para bien.

Su infancia, sus memorias, la mitad de su vida estaba ahí. Rodeado de tantos monstruos cazadores de risas e inocencia.

Siento una calidez en mis hombros. Alzo la vista para encontrarme con esos rubíes.

Algo azota mi mente, una especie de visión: Shadow, mirándome pero de una manera tan vacía que me hace dudar sobre si realmente está vivo o es sólo un muñeco de colección.

El recuerdo es borrado junto a mis lágrimas. Las seca con cuidado y una sonrisa triste aparece en sus labios.

Duele verla,
Duele presenciarla,
Pero duele más crearla.

-¿Lo sabes, cierto?

Mis ojos actúan como llave recién abierta. Me siento avergonzada de saber algo tan íntimo y difícil para él.

-Lo siento, lo siento Shad.

Lo observo. Sus manos en mis hombros, una expresión que busca consolarme en vano pero lo más destacable: una gran distancia. Está recto y usa todo el largo de su brazo para alejarse de mí.

Quiere consolarme pero no puede.

Pongo mi mano sobre la de él y noto su tensión al instante. Es poca pero ahí está. Apenas perceptible.

-Rouge lloraba, estaba tensa e inquieta- siento la necesidad de explicarle- me preocupaba su estado. Normalmente habla sobre lo genial que eres y lo bien que te desempeñas en tu trabajo. Me preguntaba porque se veía de esa forma, ¿Qué clase de misión estabas cumpliendo como para estarse preocupando? Y una noche lo supe, Rouge me contó lo que ustedes vivieron y les obligaron a hacer- tomo ambas manos entre las mías y las acercó a mi rostro húmedo- ¿Cómo querías que comiera?, Qué durmiera, todos los días, cada día me ponía escuchar noticias, comprar periódicos, quería saber cualquier cosa respecto a la misión. Lo que sea.

El silencio es interrumpido únicamente por mis sollozos. A pesar de haber sonado molesta, estoy tan agradecida con Dios por haberlo traído de nuevo. Ver que está a salvo, que está completo, que está aquí conmigo. En mi habitación, mojando sus manos, lo suficientemente cerca como para sentir su presencia real.

Siento una presión en mi frente. Abro los ojos encontrándome con su rostro a tan corta distancia que puedo percibir su respiración en la punta de mi nariz.

-Perdón por no esperarte- mi voz sonaba ahogada- de haber sabido que era algo tan triste no lo habría pedido.

-Sí, en definitiva no es algo que se ande contando a todo el mundo.

Escucho su pesada y lenta. Me preocupa que ahora esté recordando su pasado. Inclinado de esta manera, con ese semblante triste lo hace lucir vulnerable como un niño en busca de refugio.

-¿Te puedo abrazar?

Sus ojos me miran entre la sorpresa y la duda. Lo usual es que lo abrace sin más pero ahora es diferente. Es muy diferente.

-Sí.

De forma lenta lo envuelvo en mis brazos hasta pegarme a su cuerpo. Escucho los latidos de su corazón fuerte y claro 'bum-bum' enviando su mensaje: Estoy vivo, Me dice. Sus brazos, que se mantenían quietos sobre mis hombros como si quisiera conservar el equilibrio, se ciernen alrededor de ellos en una especie de abrazo. ¡Me está correspondiendo!, Las ganas de querer saltar se ven reprimidas por mi autocontrol. ¿Porque tengo tanta alegría? Debe ser porque está agarrando confianza para un contacto. Mi sonrisa se expande y recuesto aún más mi cabeza contra su pecho.

Un estremecimiento le recorre obligándome a separarme de él. Le miró confusa con su mano en el pecho. Sus ojos encuentran los míos y puedo notar la disculpa en su mirada.

Despacio baja el cierre del suéter. Puedo notar que no tiene camisa abajo y también que una herida lo atraviesa del lado derecho del pecho en curva hasta donde debería estar ubicada la última costilla del lado izquierdo.

Mi aliento queda atrapado en la garganta junto a unas cuantas lágrimas.

-¡¿Cómo carajos te ocurrió eso?!- sus ojos se abren en sorpresa para después continuar con una risa. Una linda risa que mi enojo repentino no me deja disfrutar- ¿De qué te ríes?

Una mueca de dolor se plasma en su rostro pero eso no entorpece su entretenimiento.

-Creí que es la primera vez en mucho tiempo expresarte así frente a mí.

Una referencia al pasado que desconozco. No dejo que eso me distraiga y me mantengo firme en lo dicho.

-¿Cómo pasó?

-Rose, no fui a acampar. Lo raro sería que regresara ileso.

Me concentro en la herida. Mis dedos empiezan a palpitar al querer tocarla. Movida por esos impulsos suaves y constantes camino hasta estar cerca de nuevo, alzo mi mano hasta el inicio de la nueva marca más la mantengo en el aire dibujando el largo. Vuelvo a subir y esta vez sí la toco. Se siente el relieve signo de curación. Encuentro seis puntos donde al parecer resultó más profundo de lo esperando a la mitad de la línea y vuelvo el recorrido con cuidado de no lastimar. Es un milagro que este vivo.

Vivo...

La imposibilidad se vuelve real y me asusta.

-Estarás bien, ¿Verdad?

Tengo la necesidad imperiosa de saberlo. De confírmalo.

-Lo estaré.

Nuestras miradas se encuentran una vez más. Su rostro se acerca hasta besar mi frente.

-Buenas noches, Rose.

Me rodea y sale de mi cuarto subiendo el cierre de su suéter. Yo me quedo con la sensación cicatrizante en mis dedos y el calor de un inocente beso.

Lienzo en BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora