MONSTER ↯ 𝙏𝙄𝙏𝘼𝙉𝙎

━WAR OF HEARTS

Sus miradas se encontraron.

Marrón y rojo.

La furia comenzó a crecer en el cuerpo de Helley, su ceño se frunció y lanzó un destello a Richard. Él logró esquivarlo.

─¿Eso es todo lo que tienes?─Richard le pregunta, Helley niega con la cabeza con una sonrisa y lanza otro destello. Esta vez le llegó a la pierna.

─Definitivamente no.

Richard y Helley habían arreglado su pequeño problema, pero habían dejado bien en claro que ninguno de los dos querían estar en una relación con el otro.

Richard porque creía que Helley necesitaba tiempo para pensar.

Y Helley porque creía que Richard sería una distracción.

En estos momentos ya no era una guerra de decisiones, del bien o el mal: era una guerra entre dos corazones.

Eran dos corazones que luchaban por no amarse más de lo que ya lo hacen.

Su entrenamiento continuó durante un par de horas, Helley había progresado bastante bien. Y Richard la felicitó por ello.

En el entrenamiento se complementaban bien, pero luego de éste... era incómodo.

Ninguno sabía cómo tratar al otro sin lanzarse a sus brazos y no querer dejarse ir nunca.

Era difícil.

Y fue exactamente por eso que Helley había salido rápidamente del bosque en el que estaban entrenando y se fue a su departamento.

Corría tan rápido como sus piernas se lo permitían, sentía su corazón desbordarse y su pecho inhalaba y exhalaba tan rápido, fuerte.

Dick la miró correr con anhelo, como si quisiera que ella se quedara con él por siempre. Como si el sólo hecho de pensar en dejarla ir fuera un martirio, un doloroso y eterno martirio.

Helley llega a su departamento con la respiración agitada, su pecho subía y bajaba abruptamente. Fue a la cocina por un vaso de agua, y luego volvió a su sala de estar.

Pero había algo diferente, sentía la presencia de alguien más.

Eleva su mano mientras se ponía roja por completo y caminó hacia donde sus instintos le decían: detrás del sofá.

Cuando vio que algo se movía, lanzó un pequeño calambre hacia la persona. Escuchó cómo la voz de alguien masculino se quejaba y se acercó rápidamente.

Ahí estaba nada más y nada menos que Jason Todd.

─¿Qué haces aquí?─Helley le pregunta, mientras lo ayuda a levantarse. Jason suelta un suspiro y la queda mirando durante unos segundos, debatiéndose internamente si era una buena idea decirle lo que sucedía o no.

─Yo... ehm... vine a ver cómo estabas. Sé que el tema de Zuma te tiene bastante mal y yo... me preocupé bastante.

─Alto. ¿Cómo sabes lo de Zuma?

─Dick nos dijo algo vano sobre ella, nada importante. Y es por eso que... lo sentimos bastante. ─Es lo último que Helley escucha antes de que Jason le tapara la boca y tomara su cuerpo como si de un saco de papas se tratara.

Jason la lleva a su habitación y la encierra ahí con un fierro que se interponía en la salida.

Escuchó a Helley gritarle un par de groserías.

─De verdad lo sentimos, pero esto es por tu bien.

Helley golpea la puerta una y otra vez con furia.

No entendía a qué se refería Jason, pero lo iba a descubrir muy pronto.