𝑴𝑶𝑵𝑺𝑻𝑬𝑹━ ❝En mi opinión, los villanos han sido siempre infravalorados.❞
Siempre con miedo al mostrarse cómo es. Siempre temerosa a las miradas de reproche.
Siempre oculta, como si ella fuera una bestia.
Como si ella fuera un monstruo.
Portad...
Se quedaron mirando por un par de segundos más, Helley estaba completamente feliz y Dick estaba saltando internamente.
─Bien, no quiero dejar escapar esta oportunidad, seré breve e iré al punto: ¿quieres ir a cenar conmigo esta noche?─Richard hace la pregunta rápidamente.
Helley suelta una pequeña risa y le da un beso en sus labios.
─Claro.
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Helley estaba en su departamento arreglándose para la cita que tendría en un par de minutos con Dick Grayson.
¿Estaba nerviosa?
Sí.
¿Estaba feliz?
Sí.
¿Quería gritar?
OH, POR FAVOR, SÍ.
Pero estaba bien, con calma... al menos externamente.
Se puso sus anillos y luego salió al living, la puerta de su departamento fue tocada con tres pequeños golpes y Helley supo que era Dick.
Suelta un suspiro y va a abrir la puerta.
Ahí estaba él, con un smoking gris y una rosa roja en su mano.
─Hey, ¿cómo estás?─Le dice, coquetamente.
─Sí, no eres Joey. ─Helley menciona, algo apenada. Dick suelta una risa y asiente.
Salen del departamento y Dick cierra la puerta con llave, luego caminan hasta llegar a los estacionamientos y suben al auto de Dick.
En el camino a Helley le es imposible no hacer preguntas con respecto al viaje; a dónde van, qué harán, qué comerán o qué verán. Y Dick simplemente le sonríe en respuesta, dejando así a una muy intrigada Helley.
Todas aquellas preguntas se respondieron en cuestión de segundos, ya que Dick había estacionado el auto en frente de un muy elegante restaurante.
L'deffet.
Entraron y un garzón les indicó dónde se sentarían.
Se sentaron frente a frente, Helley miró con una sonrisa a Dick y él se la devolvió.
El garzón llegó en un lapso de tiempo relativamente corto y ambos ordenaron el mismo plato, sin saber qué comer eligieron la especialidad del chef.
El garzón se fue y ambos pudieron iniciar una conversación fluida y de buena manera.
Conversaron desde gustos en música, hasta el nuevo desastre natural que azotó al sur y norte de Chile. Los incendios forestales y las torrenciales lluvias que dejaron sin hogar a miles de familias, sin mencionar todos los desaparecidos o muertos.
Era una noticia bastante lamentable.
─Me gusta poder hablar contigo de todo. ─Es lo que Helley le dice, bebiendo un poco de su vino.
─A mí también. Siento que contigo puedo ser yo sin limitarme al qué dirán los demás. Y me encanta eso de ti.
Helley se sonrojó inesperadamente ante las palabras de su acompañante.
La cita transcurrió bien, de maravillas. Hasta que escucharon unos gritos desesperados pidiendo ayuda. Luego de eso, un auto impactó en el restaurante en donde ambos estaban cenando.
Ambos se levantaron confundidos de su mesa y caminaron hasta la salida del local. Toda la gente ya había desaparecido.
Resultaba ser una morena. Quien, al parecer, era una banshee.
Helley había leído sobre ellas. Según la mitología irlandesa, estas eran las encargadas de decir cuando alguien murió, mediante gritos desgarradores. Pero, ¿quién había muerto para que aquella peli negra gritara como si el fin de las eras llegara?
Helley movió un poco sus manos, dejando que el destello rojo escarlata se dejara ver y luego apuntó a la chica. Dick estaba quieto a su lado, cuando la peli negra dejó de gritar, se dio vuelta y vio quien la había osado a atacar.
Sonrió con autosuficiencia.
─Vaya, vaya. Helley Winnegan─ Caminó lentamente hasta donde ella estaba. Cuando estaba lo suficientemente cerca de ella, susurró─. O debería decir traidora.
Helley se quedó estática, completamente helada. Ahora la recordaba.
Melina Harbor.
Su ex mejor amiga.
Oh, Dios. Esta sí que fue una de las peores noches de su vida.
