❝... me encanta cuando llegas
y me soplas las nubes negras❞
—David Sant
El problema con la noche era que era difícil de superar. Si no la estabas disfrutando, se hacía interminable, larguísima, y para la mala suerte de Claudia, era su turno de permanecer en ese fatídico interludio.
Soren, montado en su caballo, iba poco más adelante que ella. Hacía rato que no intercambiaban palabras, lo cual era extraño en ellos, pero aún más extraño era que Claudia no tuviera ningún problema con eso.
Quería, necesitaba algo de silencio.
Necesitaba pensar.
Habían fallado la misión: los príncipes se habían ido con Rayla y se llevaron al dragón con ellos.
Su padre iba a matarlos a ambos.
Y sin embargo, eso no era lo que tenía a Claudia fuera de sí, no.
Ella no podía dejar de pensar en el accidente que probablemente causó el fallo de la misión. Y el hecho de que quizá era su culpa.
Sacude la cabeza, molesta. No podía lamentarse por ser sincera con Callum y consigo misma, o por no ser tan ingeniosa como Rayla. Poniéndolo en perspectiva, si había alguien detrás de toda esa metida de pata, ese alguien era sin duda alguna la chica elfo.
"Y mía, dioses. Mía por encapricharme con ella y dejar que eso desbaratara nuestros planes".
Claudia no lo nota, pero mientras piensa eso, sonríe.
Era una idiota, que remedio.
Recorre el camino de piedra que llevaba a las habitaciones, de naturaleza mágica y acogedora, con la cabeza en otro lado y decaída.
Estuvo a punto de hacer algo muy, muy estúpido.
Llegar a donde los príncipes no había sido tan difícil como pensó que sería el día donde el rastro de luz (provocado por su propio hechizo de búsqueda), salió disparado y les mostró a Soren y ella el camino a seguir. El camino que las conduciría a los príncipes de Katolis, y a esa situación tan estúpidamente bizarra.
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◤Smiling under the lonely moon◢ [Raydia]
FanfictionSu misión es llevar a los príncipes de nuevo a Katolis, Claudia está muy consciente de ello, pero esa condenada chica... Soren insistía en matarla y al principio había estado de acuerdo, sin embargo, ya no estaba tan segura. Había algo en los ojos v...