Capítulo 3

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-Yo personalmente me encargaré de ella.-Le informó el ojiazul al viejo asqueroso que quería abusar de mí.

-Pero señor....-Sus palabras se quedaron en el aire al notar la mirada que le dió el hombre que aún me sostenía con fuerza. Él viejo me miró por última vez, se giró y se fue a donde sea que lleve estos pasillos.

El hombre que aún me sostenía se giró hacía mí, me sostuvo aún mas fuerte del brazo, que ya empezaba a dolerme y me guió a una habitación. Cuando entramos pude tranquilizarme un poco al notar que no había ninguna cama, al contrario era mas bien como una oficina, había un escritorio, sillas y muebles con papeles.
Me soltó y se giró a cerrar la puerta con llave, la guardo en su bolsillo y camino hasta al costado del escritorio, se apoyó en él y me observó serio, de arriba a abajo.

-Por favor, por favor....dejame ir, te juro que no le diré de esto a nadie. Por favor te lo suplico.-Le rogué muy angustiada por saber que sería de mí en este lugar.

-No creo que puedo concederte eso nena, ya estás aquí y aquí te tienes que quedar.

Mi poca esperanza decayó y me apresuré a acercarme a él para seguir rogandole por mi libertad.

-Porfavor, no podría soportar acostarme con hombres obligada, esto es inhumano, te lo pido dejame ir.-Estaba a tan solo un paso de la cercanía total con él, no me caía bien, incluso ya lo estaba odiando por que al parecer él era una especie de líder en esto, él se encargaba de secuestrar y prostituir mujeres, eso era una abominación, era injusto, era.....horrible.

-Sabes.....pensandolo bien, tengo una mejor idea de que podemos hacer contigo y tu belleza-.Pareció pensarlo un poco y continúo. -Es una especie de trato que no incluye tu libertad, pero al menos no vas a estar con ninguno de esos hombres...

Maldito, quisiera tener super fuerza para darle una gran paliza a este idiota y desfigurar su perfecto rostro de niño bonito, ¡ni siquiera parece un malandro! .Que clase de trato tenía para ofrecerme este hombre, Dios, yo solo quiero salir viva de aquí. Pero para eso tengo que ser fuerte, dejar de llorar y quejarme de porque esto me tuvo que pasar precisamente a mí y ser más valiente.

-¿So-sobre que trata?.-Maldición tenía que dejar el nerviosismo y miedo, que es lo que me hace tartamudear y parecer más aterrada de lo que estoy.

-Bueno....verás, Soy Nick, y soy el hijo del dueño de todo esto, y como somos personas importantes, tenemos reuniones y eventos importantes a los que hay que asistir, por ello necesito algo así como una acompañante, una mujer. Resulta que por llevar ese tipo de adorno se gana más respeto. -Habló y yo estaba casi en shock, acaso estaba pidiéndome que.....-Y pues creo que tu harías un buen trabajo como mi adorno, mi chica, como quieras llamarlo. Y a cambio de eso serás mi protegida, obviamente serás solo mía, nadie podrá tocarte, nadie mas que yo.
Entonces....¿Aceptas?

Yo no sabía que decir, debía confiar en él, en el hijo del dueño de todo esto, de toda esta mierda de la que no quería ser parte, sin embargo no podía hacer mas nada, me toco vivir esto a mí y tenía que empezar a asimilarlo, buscar y aprovechar cualquier oportunidad que me lleve a mi libertad, era esto o ser prostituida así que tengo ser valiente, me tocó vivir esto y no voy a caer, voy a afrontarlo y salir de esto como sea, así tenga que hacer un pacto con él mismísimo hijo del diablo.

-Yo...

Condenada Por La BellezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora